Militares canadienses encontraron boyas en el Ártico el pasado otoño, que, según cuentan, estaban siendo utilizadas por China para "llevar a cabo operaciones de vigilancia en el espacio marítimo" de Canadá, informa el periódico The Globe and Mail.
De acuerdo con el medio, las boyas fueron descubiertas durante la operación LIMPID de las Fuerzas Armadas de Canadá (CAF), cuyo objetivo es "detectar lo antes posible las amenazas a la seguridad" del país. Así, en el marco de la misión, los militares vigilan las aproximaciones aéreas, terrestres y marítimas en el país y, "desde 2022, han frustrado intentos de vigilancia en territorio canadiense".
Mientras tanto, el Departamento de Defensa Nacional no reveló detalles de la situación "para garantizar la integridad de las operaciones", pero confirmó la incautación de las boyas.
"El Departamento de Defensa Nacional y las Fuerzas Armadas de Canadá son plenamente conscientes de los recientes esfuerzos de China para llevar a cabo operaciones de vigilancia en el espacio aéreo y marítimo canadiense utilizando tecnologías de doble propósito [un equipo que puede utilizarse tanto para fines civiles como militares] ", dijo.
A su vez, el teniente general retirado Michael Day sostiene que las boyas probablemente se habrían utilizado para vigilar los movimientos de submarinos nucleares estadounidenses en el Ártico, así como para cartografiar los fondos marinos y el espesor del hielo. "China, como la mayoría de los países, está muy interesada en los importantes cambios que se están produciendo en el norte. No tienen un puerto en el hielo, pero sí una flota de rompehielos en rápido crecimiento", afirmó, señalando que Pekín también está interesado en explotar los importantes yacimientos de recursos del fondo marino ártico y en vigilar las actividades militares de Canadá y EE.UU.
La información sobre el hallazgo surge en medio de la polémica por la aparición de cuatro objetos voladores desde inicios de febrero sobre territorio estadounidense y canadiense. Objetos que finalmente fueron derribados.
En cuanto al globo chino, abatido el pasado 4 de febrero cerca de las costas del estado de Carolina del Sur, Washington aseguró que se trataba de un aparato de espionaje, al tiempo que Pekín comunicó que la aeronave era de naturaleza civil y, tras despegar del país asiático, "se desvió mucho de su ruta prevista" debido a los fuertes vientos y su capacidad limitada de autodirección. Posteriormente, se derribaron los objetos voladores no identificados sobre Alaska, Canadá y el lago Hurón, ubicado en la frontera entre EE.UU. y Canadá. Sin embargo, su origen todavía no está claro.