El Banco Central de Irak anunció el pasado miércoles que las transacciones comerciales con China podrán realizarse por primera vez en yuanes. La medida se adopta con el objetivo de disminuir el dominio del dólar en la región y mejorar el acceso del país a las divisas extranjeras, informó este lunes Bloomberg.
Según el medio, a pesar de que el acuerdo se produce en un esfuerzo por estabilizar el dinar después de su revaluación a inicios de este mes, otros países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, la India y Egipto también han estado trabajando para usar monedas distintas al dólar en el comercio mundial y forjar lazos económicos más profundos con las potencias emergentes en Asia.
Camino hacia la desdolarización
En este contexto, economistas chinos han manifestado recientemente que EE.UU. usa el dólar como arma para violar normas del derecho internacional con el objetivo de influir en las economías de otros países, lo que también genera riesgos para Pekín.
Asimismo, el dominio del dólar es calificado como "la fuente principal de inestabilidad e incertidumbre en la economía mundial" por la cual los países en desarrollo tienen que "pagar el precio" de las emisiones monetarias de EE.UU., convirtiéndose en "Estados Unidos de Sanciones", reza un informe del Ministerio de Exteriores de China.
Por otro lado, el deseo de desdolarizar la economía internacional ha llegado hasta Sudamérica, donde los mandatarios de Brasil y Argentina sostienen que es "necesario" crear una moneda común en la región, para dejar de depender de la divisa estadounidense.
"Lo que yo pienso, si dependiera de mí, tendría comercio exterior siempre con la moneda de los otros países para que no estemos dependiendo del dólar", manifestó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
Medidas internacionales contra la hegemonía del dólar
Los Emiratos Árabes Unidos y la India han estado trabajando para impulsar el comercio no petrolero en rupias. Asimismo, Arabia Saudita comentó hace poco que el reino está abierto al comercio en monedas distintas al dólar, mientras Egipto ratificó un acuerdo para adherirse al Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) del BRICS y así abrir nuevos mercados para los productos agrícolas e industriales del país con el fin de reducir la demanda de dólares.
Por su parte, Irak, el segundo mayor productor de la OPEP, después de experimentar escasez de dólares por la presión de EE.UU. para limitar el flujo de dinero hacia Irán debido a las restricciones impuestas por la Reserva Federal de Nueva York sobre las transacciones en dólares por parte de los bancos comerciales iraquíes, adoptó la medida de pago en yuanes para facilitar sus operaciones comerciales con China, uno de los principales importadores de crudo iraquí.
Rusia como soporte económico
Los analistas chinos señalan que el conflicto en Ucrania y las medidas antirrusas han causado el auge de la desdolarización, en la cual monedas como el yuan chino juegan un papel importante, evitando los riesgos que representa la divisa de EE.UU.
Asimismo, aseveran que la seguridad del sistema financiero global se está viendo afectada por los intentos de debilitar el papel de Rusia en la lucha contra el blanqueo de dinero. No obstante, el FMI ha vaticinado que la economía rusa crecerá gracias a sus medidas de estímulo fiscal, y además el comercio del petróleo seguirá reorientándose de los países sancionadores hacia aquellos que no optan por tales restricciones.
Yuri Chijanchin, jefe del Servicio Federal de Monitoreo Financiero ruso, afirma que "en un esfuerzo por expulsar a Rusia de todas partes, los autores de las iniciativas antirrusas perdieron completamente contacto con la realidad y olvidaron las peligrosas consecuencias del desmantelamiento del sistema global de lucha contra el blanqueo de dinero y el financiamiento de terrorismo".
En ese sentido, especialistas internacionales apuntan que la cooperación económica entre dos grandes potencias, como Rusia y China, contribuirá al proceso global de desdolarización con el objetivo de mantener un multilateralismo real en las relaciones internacionales y promover una globalización equitativa, justa y razonable.