Los países occidentales están perdiendo la competición tecnológica global, mientras China goza de "un asombroso liderazgo" en la mayoría de las investigaciones científicas críticas y emergentes, según un estudio elaborado por el Instituto de Política Estratégica de Australia (ASPI, por sus siglas en inglés) y financiado por el Departamento de Estado de EE.UU.
El análisis de este laboratorio de ideas, cuyos resultados se publicaron el 24 de febrero, concluyó que China lidera en 37 de las 44 tecnologías clave examinadas, que incluyen ámbitos como la defensa, el espacio, la robótica, la biotecnología, la inteligencia artificial (IA) e investigaciones cuánticas.
Asimismo, los especialistas del centro determinaron que en varias de las áreas los diez mejores institutos de investigación se encuentran de China y en su conjunto generan nueve veces más trabajos de gran impacto que el segundo país de la lista, donde, en la mayoría de los casos, se ubica EE.UU.
En este sentido, la Academia de Ciencias de China es catalogada en el primer y segundo lugar en el análisis de las 44 tecnologías. Desde el ASPI estiman que Pekín fortalece su liderazgo con "la importación de talentos y conocimientos", detallando que la quinta parte de los trabajos científicos chinos son obra de autores con formación de posgrado en alguno de los países que forman la alianza de inteligencia 'Five Eyes', conformada por Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y EE.UU.
El lugar de EE.UU. y sus aliados
Mientras tanto, EE.UU. 'se lleva la plata' en la mayoría de las 44 tecnologías, capitaneando en la computación de alto rendimiento, la computación cuántica y las vacunas.
Por otra parte, los autores del estudio advierten que existe "una gran brecha" entre los dos países líderes y el resto de naciones. El ASPI coloca al Reino Unido y la India en el siguiente escalón, donde también aparecen regularmente Alemania, Corea del Sur, Australia, Italia y, con menos frecuencia, Japón.
Haciendo un balance, el instituto insta a los países occidentales a ponerse al día para competir con el empuje de China, al tiempo que ofrece una serie de recomendaciones para conseguirlo. Entre otras iniciativas, propone reforzar los programas de control de visados para limitar las "transferencias ilegales de tecnología", al igual que aconseja profundizar en la cooperación internacional con los aliados de seguridad.