El ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, Urmas Reinsalu, opina que para prevenir conflictos en Europa del Este "la única garantía, excepto la OTAN, sería entregar armas nucleares a Ucrania". Sin embargo, el canciller considera esta medida como "imposible e indeseable", dados los compromisos de no proliferación de las potencias nucleares que pertenecen a la Alianza Atlántica.
Durante una entrevista con Newsweek, Reinsalu instó a los aliados a no ignorar las ambiciones de Kiev de adherirse al bloque. Si Occidente no admite a Ucrania como miembro de la OTAN después del conflicto actual, significaría que tiene "miedo" de ser involucrado luego en una guerra mundial o continental en Europa, estima Reinsalu.
Señaló que "admitir que la guerra a gran escala se repetirá" es algo "muy peligroso" y supone que el peligro no está sofocado o que aún no está claro el resultado del actual conflicto.
No extender al territorio ucraniano las garantías basadas en el 5 artículo del Tratado del Atlántico Norte alentaría a Kiev a "establecer su autodefensa en una 'estrategia de erizo', como si estuvieran en el salvaje Oeste, parados con rifles en su fortaleza y esperando a Rusia", argumentó Reinsalu. Esto crearía "una zona gris en medio de Europa" y afectaría a las "garantías de inversión y todo lo demás", agregó.
Estonia alberga la base aérea de Amari, considerada un objeto estratégico de la OTAN en su flanco este. En febrero pasado, el Ministerio de Defensa de España prometió desplegar allí, para defenderla, su sistema de defensa aérea NASAMS a partir del mes de abril.