El ministro ruso de Finanzas expone el tiro por la culata de las sanciones antirrusas
Las sanciones occidentales impuestas a Rusia por la operación militar en Ucrania están teniendo efecto en los países que las introdujeron y en el comercio mundial en general, declaró el ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, en una entrevista concedida a RT.
"En primer lugar, estas prohibiciones provocaron el encarecimiento de los combustibles para los países que impusieron las sanciones. Han surgido nuevos proveedores, [con productos] más caros, debido a la nueva logística", explicó el ministro.
El efecto negativo afecta no solamente las importaciones sino también las exportaciones de las naciones occidentales; los países que impusieron las restricciones antirrusas "han sufrido ellos mismos por restringir su capacidad de abastecer al mercado ruso", indicó.
"Vemos que varias empresas que trabajaban con nosotros, que exportaban a nuestros mercados, han recortado la producción, han reducido sus plantillas", añadió Siluánov.
El titular de la cartera de Finanzas reconoció que también hubo un cierto daño a la economía rusa, como el congelamiento de reservas internacionales y de los activos de las compañías sancionadas.
"Por supuesto, ha disminuido la confianza en el sistema de liquidación en general. Se ha hecho daño a la logística, a los costes de nuestros exportadores. El daño lo han causado las restricciones a las importaciones de los productos que necesitamos. En cualquier caso, los principios del comercio mundial abierto se han visto seriamente afectados", explicó.
Al mismo tiempo Rusia se ha adaptado lo suficientemente rápido a los cambios, reorientándose de Occidente a Oriente, encontrando nuevos mercados para las exportaciones e invirtiendo en sus propias tecnologías donde solía utilizar las extranjeras, sostuvo.
"Esto incluye la electrónica, la aviación, el sector automotriz y la fabricación de maquinaria, es decir, tecnologías críticas en las que, de hecho, nos guiaban nuestros socios occidentales", detalló.