El número de bebés nacidos en Japón cayó por debajo de los 800.000 por primera vez desde 1899, año cuando el Gobierno empezó a recopilar los datos de natalidad, según el último informe del Ministerio de Salud nipón, publicado este 28 de febrero.
Concretamente, en 2022 en el país nacieron 799.728 niños, lo que no solamente representa una caída del 5,1 % frente a 2021, sino marca el séptimo año de mínimos históricos, poniendo al descubierto los desafíos a los que se enfrenta la nación ante el rápido envejecimiento de su sociedad.
Desde la cartera de Salud detallan que si se excluye a los bebés que nacieron en familias extranjeras residentes en Japón, el número de nacimientos se situaría por debajo de los 770.000.
Esta bajada en el número de recién nacidos adelanta a las proyecciones anteriores, dado que el nivel registrado en 2022 se esperaba que se materializara solo en 2034.
A la caída de los nacimientos se suma un aumento en el número de defunciones. Así, el año pasado se contabilizaron 1,58 millones de decesos, un 8,9 % más que los registrados en 2021.
Yoshihiko Isozaki, subsecretario jefe del Gabinete de Ministros, calificó esta caída de la natalidad como "una situación crítica". "En mi opinión, hay varios factores intrincados que impiden a las personas hacer realidad sus esperanzas de matrimonio, nacimiento y crianza de hijos", declaró, citado por The Japan Times.
Por su parte, el Ministerio de Salud explica el descenso poblacional por la pandemia del covid-19 y los problemas económicos relacionados, que sirvieron como factores desalentadores para los japoneses para casarse y tener hijos.
Sin embargo, la tendencia a la baja ya se observaba años antes de la pandemia, recuerda el diario Asahi Shimbun. En un editorial publicado el 2 de marzo, el medio reprocha al Gobierno nipón por no elaborar "medidas eficientes" para evitar el empeoramiento de la situación, a pesar de que el descenso de natalidad ya hizo saltar las alarmas unas tres décadas atrás.
El Gobierno promete duplicar los esfuerzos
Antes de la publicación de estos últimos datos, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, se comprometió a mediados de febrero a expandir las políticas infantiles y de crianza, duplicando sus esfuerzos hasta el 4 % del PIB para hacer frente a la caída de la natalidad.
No obstante, Kishida no precisó cómo planea el Ejecutivo conseguir un presupuesto con gastos adicionales para cumplir con sus promesas, lo que generó especulaciones de que podría producirse una subida de impuestos a gran escala, informa The Japan Times.
Entretanto, el nivel de gastos públicos en políticas destinadas a la familia por porcentaje del PIB es uno de los más bajos entre los países desarrollados, señala Asahi Shumbun.
- Los países vecinos de Japón atraviesan problemas similares. Por ejemplo, China registró el año pasado una disminución de su población por primera vez desde 1961. Mientras, la tasa de fertilidad en Corea del Sur, que ya es considerada como la más baja en todo el mundo, siguió con su tendencia a la baja hasta situarse en 0,78 niños por mujer en 2022.