El presidente de Colombia, Gustavo Petro, confirmó este viernes que fueron liberados los 79 policías y seis trabajadores que se encontraban retenidos por indígenas y campesinos en el suroeste del país por un conflicto entre la comunidad y una empresa petrolera, en medio de protestas que dejaron ya dos muertos.
Los civiles que también recuperaron su libertad eran trabajadores de la compañía Esmerald Energy, donde se desarrollan manifestaciones por presuntos daños ambientales, así como la destrucción de las vías en la zona.
"Gracias a las gestiones del ministro de Defensa y del Interior han sido liberados todos los miembros de la policía y los funcionarios de la petrolera retenidos en San Vicente del Caguán, Caquetá", dijo el mandatario desde su cuenta de Twitter.
El titular de Defensa, Iván Velásquez, viajó al lugar del conflicto para dirigir un Puesto de Mando Unificado (PMU), en medio de una tensa situación de orden público producto del enfrentamiento entre la fuerza pública y campesinos.
También se trasladó a San Vicente del Caguán el jefe de Interior, Alfonso Prada: "En las últimas 48 horas se escaló el problema generando la tragedia de la muerte de un campesino y de un miembro de la institución policial. En nombre del Gobierno Nacional reitero nuestras condolencias a la Policía y a la comunidad de Los Pozos", dijo el funcionario.
En medio del choque, fallecieron el subintendente Ricardo Arley Monroy Prieto, de 39 años, y el trabajador del campo Reynel Arévalo, de 60 años.
El presidente colombiano pidió a la Fiscalía que investigue e individualice a los responsables de la muerte de un uniformado y confirmó que irá a dialogar con los campesinos de la zona, informó Radio Caracol.
Petro había pedido en la mañana de este viernes la "liberación unilateral de los policías" y afirmó que "la protección de su integridad" es "primordial para el Gobierno".
Los enfrentamientos comenzaron en la madrugada del jueves en la sede local de la petrolera Emerald Energy, donde un grupo de indígenas y campesinos mantienen protestas y bloqueos desde noviembre para exigir la pavimentación de una ruta y otras obras de infraestructura prometidas hace año y medio por la filial del grupo chino Sinochem.
Durante la retención, los policías fueron despojados de sus armas y chalecos, caminaron en medio de insultos por parte de los manifestantes y fueron obligados a subir a un camión para ser trasladados hasta otro punto, informó el diario El Tiempo.