Una mujer estadounidense, oriunda del estado de Pensilvania, al noreste de EE.UU., que desapareció hace más de 30 años y posteriormente fue declarada muerta, fue encontrada viva, a la edad de 83 años, en un asilo para ancianos en Puerto Rico, informa CBS News, que cita fuentes de la Policía.
Patricia Kopta, conocida como predicadora de la calle en su municipio natal de Ross, dejó du casa sin avisar a su marido ni a sus hermanos en 1992 y durante siete años estuvo vagabundeando por el norte de Puerto Rico, donde finalmente fue llevada a una residencia para adultos mayores en calidad de persona "necesitada", detalló el jefe adjunto de Policía de Ross, Brian Kohlhepp, en una conferencia de prensa esta semana.
El año pasado, un trabajador social de la institución alertó a las autoridades locales sobre la anciana, que inicialmente mantuvo su pasado en secreto, pero a medida que fue desarrollando una demencia empezó a revelar detalles acerca de su vida. Al final, su identidad fue confirmada a través de una prueba de ADN.
El marido de la mujer, Bob Kopta, relaciona su traslado a Puerto Rico con el hecho de que a su esposa siempre le "encantaba el mar, la playa y el sol cálido" de la isla caribeña, y había viajado mucho allá junto con sus amigas antes de casarse. En medio de la búsqueda, Bob incluso publicó anuncios en periódicos puertorriqueños, recordando que la desaparecida había mencionado que le gustaría ir a Puerto Rico debido a su clima. Sin embargo, nunca obtuvo respuesta.
La familia cuenta que Kopta era una estudiante sobresaliente que llegó a ser modelo e instructora de baile, y más tarde trabajó en el área de finanzas para una empresa de placas de vidrio de Pittsburgh. Luego cambió de trabajo y poco después comenzó a predicar, alegando que "había visto a un ángel". En ese entonces, los médicos le diagnosticaron "delirios de grandeza" y concluyeron que presentaba signos de esquizofrenia.
"Es algo triste, pero me quita un peso de encima", dijo su marido. "Cuando tu mujer desaparece, eres sospechoso", agregó.
El hombre, que no se volvió a casar, dijo que no piensa visitarla y que ahora solo intenta olvidar el pasado, aunque se alegra de saber que cuidan de ella.
"Podría haber vuelto a casa en cualquier momento. Pero siempre dijo que quería ir a vivir en un clima cálido", afirma.
Gloria Smith, la hermana menor de Kopta, de 78 años, planea ir a la isla a ver a Patricia, con quien no ha logrado hablar por teléfono, dada su demencia e incapacidad de mantener una conversación.
"Me reconozca o no, sigo queriendo verla, darle un abrazo y decirle que la quiero", dijo Smith. "Pensaba que tal vez había muerto", dijo.