Imran Khan, exprimer ministro de Pakistán, compareció este domingo ante sus seguidores horas después que la Policía intentara detenerlo en su casa, ubicada en la ciudad de Lahore, por negarse a comparecer ante un tribunal que lo acusa de corrupción.
Khan afirmó que se ha negado a cumplir con las órdenes de las autoridades porque teme por su vida, debido a presuntas amenazas de muerte. El político sostuvo que las veces que compareció ante el tribunal no se tomaron las medidas necesarias para protegerlo.
"Ellos [los policías] saben que existe una amenaza contra mi vida", aseguró Khan al remarcar que ha sido fichado en más de medio centenar de casos. "Me presenté ante el Tribunal Superior de Lahore y los tribunales en Islamabad [capital pakistaní], pero no me brindaron seguridad", sostuvo.
Ese mismo día, Khan escribió una carta al presidente del Tribunal Supremo de Pakistán, solicitando permiso para tomar parte en sus casos judiciales mediante videollamadas, debido a "indicios claros de otro intento de asesinato planeado contra mi vida". En su misiva, el político no especificó quién podría estar buscando su muerte.
"Hasta la fecha hay 74 casos en mi contra y me obligan a comparecer ante el tribunal para audiencias a tiempo y con frecuencia", señaló Khan en la carta, publicada por su partido político en Twitter. "Dondequiera que voy, multitudes masivas me siguen de forma natural. Esto agrava aún más la amenaza que prevalece contra mi seguridad", indicó.
Por otra parte, su asistente, Fawad Chaudhry, señaló que Khan no podía ser arrestado porque había obtenido una fianza de protección de un tribunal superior. Según Chaudhry, las actuales autoridades del país asiático tratan de sembrar caos político y evitar elecciones anticipadas, por lo que se proponen arrestar a Khan, quien goza de gran popularidad entre la juventud y los votantes urbanos.
Mientras tanto, el ministro del Interior de Pakistán, Rana Sanaullah, afirmó que Khan tiene que comparecer ante el tribunal el 7 de marzo. Si no lo hace, la Policía estará obligada a detenerlo y presentarlo ante la corte.
¿Qué ha sucedido?
El martes pasado, un tribunal de la capital, Islamabad, emitió una orden de arresto contra el exmandatario, al negarse este a acudir a la audiencia en la que se le acusaba de vender regalos del Gobierno y de ocultar sus activos. El registro de su vivienda se produjo un día después que la Policía notificara la detención de Amjad Shoaib, general retirado del Ejército y aliado de Khan.
Khan encabezó el Gobierno pakistaní hasta el 10 de abril de 2022, cuando fue destituido tras prosperar una moción de censura en el Parlamento. Se trata del primer jefe de Gobierno en la historia de Pakistán que abandona el poder debido a una medida legislativa de ese tipo.
El político denunció en varias ocasiones que fue destituido de forma ilegal y que EE.UU. se había inmiscuido en el proceso, algo que Washington niega. En los últimos meses, su figura se encuentra en el foco de tensiones sociales en la nación, que han desembocado en protestas antigubernamentales impulsadas por sus partidarios tras su destitución, así como en un atentado contra su vida en noviembre.
Un intento de asesinato
Khan sobrevivió a un intento de asesinato en noviembre del año pasado. El político recibió un disparo en la ciudad de Gujranwala, provincia de Punjab, y resultó herido en una pierna. Un hombre detenido en el lugar de los hechos declaró que quería matar a Khan porque cree que "está engañando a la gente". Sin embargo, el político aseguró que el tirador "no es un extremista". Había un plan detrás del intento [y] lo descubriremos", prometió en aquel entonces.
El intento de asesinato provocó violentas protestas, que fueron apoyadas por el propio Khan. De ese modo, el exprimer ministro buscó hacer que se cumpliesen sus demandas, que incluían elecciones anticipadas y la renuncia del primer ministro, Shehbaz Sharif, y los demás miembros del Gobierno, a los que calificó de "sospechosos" de estar detrás del ataque.
Khan acusó a Sharif, al ministro del Interior, Rana Sanaullah, y a un oficial de Inteligencia, el mayor general Faisal, entre otros, de estar detrás del complot en su contra. Por su parte, el jefe del Ejecutivo condenó el ataque y abogó por una investigación transparente de los hechos.