Un grupo de investigadores de instituciones científicas rusas y austriacas descubrió un pequeño diamante que se formó, aproximadamente, hace 3.600 millones de años, entre las eras Eoarcaica y Paleoarcaica, por lo que es considerado como el más antiguo conocido hasta el momento, informó este lunes la revista Ciencia en Siberia.
El cristal ancestral fue encontrado en la formación de kimberlita de Udáchnaya, que se localiza en la ciudad de Udáchny, en la República de Sajá (Rusia). De acuerdo con los responsables del hallazgo, documentado en la revista Minerals, este sitio ha sido objeto de interés por parte de la comunidad científica rusa y extranjera desde finales de la década de 1960.
Las kimberlitas son rocas ígneas de origen volcánico que contienen en algunas ocasiones diamantes. Estas se cristalizan a grandes profundidades del manto litosférico, donde los valores de presión y temperatura son mucho mayores que en la superficie terrestre.
Posibles teorías sobre su origen
Los científicos precisaron que el diminuto diamante, que mide alrededor de 0,3 milímetros, se encontraba dentro de un grano de olivino kimberlítico.
Su cristalización es el resultado de la fusión de un silicato a una temperatura superior a los 1.400 grados centígrados y a una presión mayor a los 5,5 gigapascales. En el caso de sulfuro fundido, este proceso ocurrió a una temperatura de 1.600 grados centígrados.
Según el investigador del Instituto Sobolev de Geología y Mineralogía (Rusia) Nikolái Pojílenko, dadas las condiciones de presión y temperatura descritas, el proceso tuvo lugar a 180 kilómetros de profundidad, en la capa de entrada del límite inferior del manto litosférico.
Los especialistas creen que el diamante se formó a partir de una fusión de silicato enriquecida con un componente de carbonato (líquido que contiene carbono), o de una fusión de sulfuro con carbono disuelto (combinación de varios elementos metálicos).
"El diamante de Udáchnaya es por lo visto el más antiguo, al menos de cuantos el ser humano ha podido tener en sus manos y estudiar hasta la fecha", señaló el investigador.
"Mostramos que las condiciones para la formación de diamantes en esa era [Arcaico Medio] diferían significativamente de las características de los procesos posteriores para la formación de la mayor parte de los cristales extraídos", indicó Pojílenko, quien señaló que "tanto el entorno como el rango de temperaturas y presiones han cambiado y, en consecuencia, las profundidades de formación de los diamantes posteriores en una litosfera más poderosa y enfriada".
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