Las delegaciones del Gobierno de Colombia y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) acordaron este viernes en México avanzar en una "nueva agenda de diálogos para la paz", que incluye seis puntos transversales que serán abordados en un próximo ciclo de conversaciones.
Al cierre del segundo ciclo de conversaciones, el presidente Gustavo Petro firmó una resolución que reconoce al ELN como una "organización armada rebelde" e indicó que las conversaciones están encaminadas a "obtener soluciones al conflicto armado".
"Reconocer que el Gobierno nacional, en el ámbito de sus competencias constitucionales y legales, dado el reconocimiento político del Ejército Liberación Nacional (ELN), como organización armada rebelde, se encuentra adelantando negociaciones y diálogos de carácter político dirigidos a obtener soluciones al conflicto armado", reza el texto, según medios locales.
"Acuerdo de Mexico"
Con el nombre de "Acuerdo de Mexico" fue suscrito este nuevo documento firmado por los representantes de ambas partes en Ciudad de México, tras el cierre del segundo ciclo de conversaciones, un texto que contiene una serie de objetivos generales y específicos con el que aspiran convertir la mesa de diálogos en un "gran" pacto nacional que incluya a todos los actores de la sociedad colombiana y que empuje a los cambios que requiere el país.
Ambas partes acordaron que con la nueva agenda de conversaciones, que fueron retomadas en Venezuela a finales de 2022, podrán trabajar en asuntos vitales como "superar el conflicto armado que ha tenido lugar por seis décadas, erradicar la violencia para tramitar las contradicciones políticas, económicas y sociales, pactar transformaciones democratizadoras y avanzar hacia la reconciliación nacional".
"La superación del histórico conflicto interno, centro de nuestros diálogos de paz, pasa por realizar transformaciones políticas, sociales, económicas, ambientales y culturales. Esta finalidad requiere construir un pacto nacional que tenga la fuerza de concitar las voluntades de todos los sectores de nuestra sociedad", señalan las partes en el acuerdo que se centra en "la visión común de paz para Colombia".
La nueva agenda de diálogos centrará los debates en seis puntos, cada uno de ellos con asuntos específicos:
- Participación de la sociedad en la construcción de la paz.
- Democracia para la paz.
- Transformaciones para la paz.
- Víctimas.
- Fin del conflicto armado.
- Plan general de ejecución de los acuerdos.
Participación, reconocimiento a las víctimas y fin del conflicto
Para avanzar en el primer punto, serán convocados al diálogo "diversos movimientos, comunidades, sectores sociales y políticos, y gremios", y las discusiones abarcarán asuntos locales, regionales y nacionales, relacionados con la democracia y las transformaciones para la paz. De estas conversaciones se adelantarán los temas específicos en los puntos dos y tres del acuerdo general.
Tomarán principal protagonismo las poblaciones "históricamente excluidas, discriminadas y precarizadas": niños, adolescentes, juventud, adultos mayores, indígenas, campesinos, trabajadores de la sexodiversidad, discapacidad, privados de libertad y de la diáspora.
Con respecto al cuarto punto, se buscará dar "reconocimiento a todas las víctimas" del conflicto, sus afectaciones y derechos, a partir de la justicia, la reparación integral colectiva e individual, garantías de no repetición ni olvido, y la asunción del ambiente como víctima.
Un asunto clave en la agenda es el quinto punto, que abordará el fin del conflicto armado y erradicar la violencia de la política. Para ello, las partes centrarán sus debates en definir, como primer aspecto, la situación jurídica del ELN y sus integrantes, incluidos los procesados y condenados.
Además, determinarán las "condiciones y garantías" para "la seguridad y el ejercicio de la política" por parte de los militantes del ELN. En ese sentido, se abordará el compromiso a erradicar "toda forma de paramilitarismo", así como el desarrollo de "dinámicas y acciones humanitarias".
El cese al fuego
También el quinto punto incluye debatir sobre "el cese al fuego y de hostilidades de carácter bilateral", para generar condiciones que permitan superar el conflicto armado. Asimismo, se establecerá un acuerdo sobre las armas en poder del ELN que ayude a "neutralizar el armamentismo y el belicismo".
Sobre el sexto punto, el Gobierno de Colombia y el ELN trabajarán en la resolución de un "plan general" para que los acuerdos que suscriban sean debidamente implementados, de manera que se puedan "materializar los cambios que permitan pasar del conflicto armado hacia la paz". Además, señalan que los acuerdos que se suscriban deben transformarse en mandatos del Estado.
En esa tema, se especifican cómo estarán conformadas las delegaciones para el diálogo, el trabajo de la mesa, los países, organismos e instituciones invitados como garantes y acompañantes; así como la labor de estos dentro de todo el proceso, incluyendo los eventuales momentos cuando las conversaciones entren en una crisis o en posibles controversias, como ya ha sucedido, para que puedan ser superadas.
Advierten que el Gobierno y el ELN se comprometen a no usar "mecanismos de fuerza armada" para "presionar desarrollos en la mesa" ni para afectar a sus participantes. Además, no podrán utilizar "recursos, medios o espacios del proceso de paz" para fortalecerse militarmente.
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