Moscú se preocupa por el agravamiento de las tensiones entre las autoridades ucranianas y la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (UPTs, por sus siglas en ruso) y las exigencias a los monjes para que abandonen las instalaciones del Monasterio de las Cuevas de Kiev, conocido como la Lavra, afirmó este lunes el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov.
Al ser preguntado si la orden de las autoridades de Kiev de que los monjes abandonen el monasterio es motivo de preocupación, el vocero respondió afirmativamente, recoge TASS. Según el vocero del Kremlin, se trata de "una actitud absolutamente inaudita hacia los representantes de la Iglesia, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana". "Creemos que esto es inaceptable", agregó.
"La comunidad mundial debe responder en consecuencia a una decisión tan indignante", concluyó Peskov.
Por su parte, el patriarca Kiril, cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa, se dirigió el pasado sábado a los líderes religiosos y representantes de organizaciones internacionales, pidiéndoles que "hagan todo lo posible" para impedir la expulsión de los monjes del monasterio. Asimismo, advirtió que el cierre forzoso de la Lavra "violará los derechos de millones de creyentes ucranianos a la libertad religiosa", garantizados por la Constitución del país eslavo y los documentos del derecho internacional.
- Las tensiones entre las autoridades ucranianas y la UPTs empezaron ya en el año 2019, cuando el patriarca Bartolomé de Constantinopla concedió la autocefalía a la nueva Iglesia Ortodoxa de Ucrania (PTsU, por sus siglas en ruso), promovida por el entonces presidente Piotr Poroshenko. La independencia de esta rama cismática no fue reconocida por el Patriarcado de Moscú, pero Kiev ha estado promoviéndola desde entonces.
- Tras el inicio del operativo militar ruso en Ucrania, la situación se agravó y la UPTs, encabezada por el metropolita Onufriy, anunció en mayo del año pasado su "independencia total" de la Iglesia Ortodoxa rusa, que sigue considerando a la UPTs como parte autónoma del Patriarcado de Moscú.