El Gobierno del presidente de EE.UU., Joe Biden, ha restringido la perforación de pozos de petróleo y gas en 16 millones de acres (6,5 millones de hectáreas) de Alaska y el océano Ártico para garantizar la protección del hábitat de ballenas, focas, osos polares y otros animales salvajes de la zona.
"La normativa propuesta ayudaría a proteger los usos de subsistencia en la Reserva Nacional de Petróleo de Alaska, respondiendo a las comunidades nativas de Alaska que han dependido de la tierra, el agua y la vida salvaje para mantener su modo de vida durante miles de años", señala el comunicado publicado por el Departamento del Interior estadounidense.
Asimismo, desde el organismo agregaron que "con estas medidas, el presidente Biden sigue cumpliendo la agenda climática más agresiva de la historia de Estados Unidos". "[Biden] convirtió a EE.UU. en un imán para la fabricación y el empleo de energías limpias", indicaron.
Sin embargo, paralelamente, el mandatario estadounidense aprobó formalmente el cuestionado proyecto petrolero Willow en North Slope (Alaska), que, según los partidarios, podría impulsar la seguridad energética del país, pero es fuertemente criticado por los activistas climáticos.
El plan Willow permitiría crear inicialmente tres sitios de perforación, que de acuerdo al desarrollador del proyecto, ConocoPhillips, incluiría alrededor de 219 pozos en total. Además, la compañía renunciará a los derechos sobre aproximadamente 68.000 acres (27.500 hectáreas) de arrendamientos existentes en la Reserva Nacional de Petróleo de Alaska.
"Terribles impactos sobre el clima y la biodiversidad"
Movimientos ambientalistas han manifestado su indignación sobre el proyecto Willow debido a preocupaciones frente a los "terribles impactos sobre el clima y la biodiversidad", agregando que es contrario a los objetivos climáticos mencionados por el presidente Biden y el compromiso con el Acuerdo de París.
Según la organización de derecho ambiental Earthjustice, el proyecto alterará de forma permanente el Ártico occidental, ecológicamente rico, "al interrumpir los patrones de migración animal, erosionar el precioso hábitat, dañar las prácticas de subsistencia y presentar riesgos inaceptables para la salud de las comunidades nativas de Alaska".
Asimismo, Kristen Monsell, abogada del Centro para la Diversidad Biológica, aseveró a BBC que "proteger una zona del Ártico para poder destruir otra no tiene sentido, y no ayudará a las personas ni a la fauna que se verán trastornadas por el proyecto Willow".
La restricción de la perforación en la zona es solo una concesión a los ambientalistas para poder aprobar un proyecto que podría producir entre 576 y 614 millones de barriles de petróleo en los próximos 30 años, escribe The Washington Post. Además, se permitió la construcción de cientos de kilómetros de carreteras, oleoductos, pistas de aterrizaje, una mina de grava y una instalación de procesamiento.
Biden "verá las consecuencias de esta decisión en 2024"
Liv Schroeder, directora de política nacional de la organización Fridays for Future, expresó, citada por Politico, que Biden "verá las consecuencias de esta decisión en 2024", cuando se celebren las elecciones presidenciales.
A su vez, Michaela Stith, directora de justicia climática de Native Movement, organización benéfica con sede en Alaska, declaró a BBC que algunas comunidades emprenderían acciones directas si se aprueba el proyecto Willow.
Los activistas también argumentan que la aprobación de dicho plan supone un grave incumplimiento de la promesa electoral de Biden de impedir nuevas perforaciones en yacimientos petrolíferos en terrenos federales, recoge AP.
Desafíos legales
Mientras, hay ciertos desafíos legales para la realización del proyecto Willow, reporta Reuters. En concreto, Bridget Psarianos, abogada de Trustees for Alaska, afirmó que hay "serias dudas sobre si esta decisión cumple realmente la orden del tribunal de agosto de 2021". "Estaremos muy atentos a la forma en que la Oficina de Administración de Tierras estudia las alternativas y cuáles son sus aprobaciones finales", añadió.
ConocoPhillips solicitó desarrollar el proyecto Willow en 2018 y la Administración del entonces presidente Donald Trump lo aprobó dos años después. Sin embargo, un tribunal federal anuló esa aprobación en agosto de 2021 tras concluir que el Gobierno no había analizado suficientemente las consecuencias climáticas y no había considerado opciones más protectoras.
Según Psarianos, Trustees for Alaska también está analizando si el proyecto se ajusta a leyes federales como la Ley Nacional de Protección del Medio Ambiente, la Ley de Especies en Peligro y la Ley de Producción de Reservas Petrolíferas Navales de 1976.
Por su parte, Monsell dijo que la aprobación del plan "sigue siendo inadecuada en numerosos aspectos". La aprobación permitiría a explotar más del 90 % del petróleo que se había propuesto en un principio, a pesar de limitar el número de plataformas de perforación, y la Administración no explicó de qué manera esto es coherente con los objetivos del cambio climático, agregó.