El magnate Elon Musk ha reaccionado este martes a los resultados de GPT-4, la nueva versión de ChatGPT, que demostró su potencia aprobando con un 90 % en un examen de barra simulado para poder ejercer la abogacía en EE.UU.
"¿Qué nos quedará por hacer a los humanos?", tuiteó Musk en respuesta a una publicación sobre los poderosos resultados de la última versión de la herramienta de inteligencia artificial (IA). "Será mejor que nos movamos con Neuralink", añadió, en referencia a su compañía fundada en 2016 con el objetivo de implantar microchips inalámbricos en el cerebro para ayudar a curar enfermedades neurológicas.
La desarrolladora de ChatGPT, OpenAI, compañía de investigación de IA cofundada en 2015 por el mismo Musk y con la que cortó lazos más tarde, señaló en un comunicado que GPT-4 "exhibe un rendimiento a nivel humano en varios puntos de referencia académicos y profesionales".
¿Indecisión?
Cabe recalcar que no es la primera vez que Musk se muestra alarmado frente la inteligencia artificial, especialmente con ChatGPT. En febrero pasado, durante la Cumbre Mundial de Gobiernos celebrada en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, afirmó que "ChatGPT ha ilustrado a la gente lo avanzada que se ha vuelto la IA".
Reiteró que la inteligencia artificial representa una de las mayores amenazas para el futuro de la civilización e insistió en que se debe prestar más atención a la seguridad de este tipo de sistemas. "Si algo va mal, la reacción puede ser demasiado lenta", advirtió.
"ChatGPT es aterradoramente bueno. No estamos lejos de una IA peligrosamente fuerte", tuiteó Musk en diciembre en respuesta a una publicación del inversor Sam Altman, uno de los cofundadores de OpenAI.
Sin embargo, pese a las advertencias realizadas por el director general de Tesla y SpaceX, este también ha comenzado a trabajar en la IA. A finales de febrero, se anunció que Musk planeaba desarrollar un rival de ChatGPT y el proyecto se encontraba en las primera etapas, sin un plan concreto para desarrollar productos específicos.