El presidente de Francia, Emmanuel Macron, decidió forzar su polémica reforma de pensiones en la Asamblea Nacional sin convocar una votación en el Parlamento, utilizando un poder constitucional que permite al Gobierno eludir a los legisladores, informó Le Monde.
El Consejo de Ministros llevó a cabo este jueves una reunión de emergencia para activar el Artículo 49.3 de la Constitución francesa, que hace posible que se adopte un texto sin el voto de los diputados, con el fin de aprobar la reforma de pensiones, minutos antes de una votación programada en la Asamblea Nacional.
"Entre todos ustedes, no soy yo quien arriesga su lugar o su puesto. Pero considero que, tal como están las cosas, los riesgos financieros y económicos son demasiado grandes. Por lo tanto, los autorizo a utilizar el 49.3", declaró Macron durante el encuentro, asegurando que su "interés político habría sido ir a la votación", recoge el medio BFMT.
El anuncio se produjo horas después de que la Cámara Alta aprobara una versión final del proyecto de ley esta mañana.
La controvertida reforma de las pensiones fue presentada el 10 de enero por la primera ministra del país, Élisabeth Borne. Según el proyecto, las autoridades empezarán a aumentar la edad de jubilación en tres meses al año a partir del 1 de septiembre de 2023, hasta alcanzar los 64 años de edad en el 2030.
Borne aseguró a los legisladores que el proyecto es fruto de "densas consultas con sindicatos, organizaciones patronales y grupos parlamentarios".
"Es sobre su reforma, sobre el texto del Parlamento que estoy dispuesta a comprometer mi responsabilidad", expresó Borne frente a los diputados.
"Una crisis de facto"
Mientras, los parlamentarios de oposición se han manifestado en contra y han presentado mociones de censura.
Por su parte, la líder de la derecha francesa, Marine Le Pen, declaró que la primera ministra del país debía dimitir, ya que sus acciones eran un golpe a la democracia. "Es una crisis de facto", manifestó.
Asimismo, el secretario de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Laurent Berger, aseguró que el recurrir al artículo 49.3 de la Constitución demuestra que el Gobierno de Macron no tiene mayoría para aprobar la ley.
"El compromiso político ha fracasado. Es a los trabajadores a quienes hay que escuchar cuando se pretende actuar sobre su trabajo", escribió Berger en su cuenta de Twitter.
El secretario general del Partido Comunista Francés (PCF), Fabien Roussel, comentó que aún existe la "esperanza de ganar y que se respete el mundo del trabajo".
"Nuestra victoria: el Gobierno tuvo que reconocer que tiene minoría en todas partes. Minoría entre los franceses. Minoría en la Asamblea. Con el referéndum que les vamos a imponer derrotaremos definitivamente la jubilación a los 64 años. ¡Vamos a ganar!", tuiteó.
El diputado del partido Agrupación Nacional, Laurent Jacobelli, denunció que la aplicación del artículo 49.3 es "un fracaso para el Gobierno y una devastación para la democracia", por lo que el grupo votará todas las mociones de censura. "El presidente de la República se aferra a su reforma como un niño mimado a su juguete", agregó.
Por otro lado, el presidente de Los Republicanos anunció que no se sumarán a ninguna moción de censura, ya que no pretenden "añadir caos al caos".
Las huelgas continúan
Entretanto, cientos de jóvenes se han reunido en París para marchar contra la reforma, mientras los recolectores de basura mantienen su huelga en la capital francesa.
Manifestantes frente a la sede de la Asamblea piden una "huelga general".
Tras la noticia, miles de personas se dirigen a la plaza de la Concordia bajo una fuerte vigilancia policial.
"La primera palabra que me viene a la cabeza en relación con el uso del 49.3 es rebeldía. Tienen que escuchar a la gente que trabaja. Cuando se habla de trabajo duro, se habla de los recolectores de basura y de los cuidadores. Pero en la función pública estamos constantemente escasos de personal, las jubilaciones no se sustituyen, es una carga mental que no se tiene en cuenta, y que conlleva riesgos psicosociales. No nos rendiremos", manifestó una mujer de 47 años, dispuesta a continuar la movilización contra la reforma.
Un grupo de encapuchados prendió fuego a 'pallets' frente al puente que conduce a la Asamblea Nacional, cercada por las fuerzas del orden. Mientras, el humo hace retroceder a los más de 6.000 manifestantes.
Además del levantamiento en París se han organizado concentraciones en varias ciudades como Grenoble, donde entre 200 a 300 personas se reunieron para protestar contra la reforma. Asimismo, en Lyon alrededor de 400 personas se juntaron frente a la prefectura. En Burdeos, Bayona, Hendaya, Vienne, y Poitiers también se han llevado a cabo marchas.