Siete policías y tres trabajadores de un hospital fueron acusados por la muerte de un afroamericano el pasado 6 de marzo mientras lo ingresaban a un hospital psiquiátrico del condado de Dinwiddie, en el estado de Virginia (EE.UU.). Un jurado local aprobó este martes los cargos de asesinato en segundo grado en el caso de Irvo Otieno, quien, según la fiscal encargada, Ann Cabell Baskervill, falleció de asfixia cuando los implicados se abalanzaron sobre él, informa The Washington Post (WP).
En esta misma jornada, el medio estadounidense difundió el video editado de una cámara de vigilancia que muestra a los agentes del alguacil del condado de Henrico arrastrando a Otieno, que estaba esposado, sin camisa y con grilletes en los tobillos, a la sala de admisiones del Hospital Central State. El joven, de 28 años, parece resistirse y termina siendo inmovilizado en el suelo por cerca de una decena de personas, que parecen apilarse sobre él y presionar su cuerpo.
Unos 12 minutos después, Otieno parece estar inerte y no responde a ningún estímulo. Empleados del hospital en la escena proceden a iniciar maniobras de reanimación, que incluyen inyecciones, compresiones torácicas y terapia de desfibrilación. Según WP, poco menos de una hora después, un técnico médico cubrió el cuerpo con una sábana blanca.
Otieno había sido detenido tres días antes de su muerte, el 3 de marzo, cerca de su casa, en Henrico, por una crisis derivada de un deterioro de su salud mental. El hombre fue llevado a una clínica para una evaluación de su salud mental y luego trasferido a una cárcel, supuestamente por volverse agresivo.
De acuerdo con la radiodifusora NPR, los abogados de su familia afirman que Irvo estaba tranquilo y cuestionaron por qué no se le permitió seguir internado. Los agentes policiales argumentan que Otieno había agredido físicamente a un oficial, motivo por el cual terminó en prisión con cargos por asalto, alteración del orden público en un hospital y vandalismo. Permaneció tras las rejas durante el fin de semana hasta que lo trasladaron al centro sanitario donde murió. Su defensa también alega que fue maltratado durante su detención.
Los resultados finales de la autopsia aún no se han publicado. No obstante, la fiscal Baskervill ha dicho varias veces que Otieno murió por asfixia, mientras que la contraparte subraya que no se aplicó fuerza letal. Los abogados defensores han planteado la posibilidad de que las inyecciones provocaron su muerte, aunque Baskervill cuestionó la hipótesis y señaló que para entonces ya se encontraba sin vida.
Según registros judiciales, cinco de los 10 acusados se encontraban en libertad bajo fianza hasta el martes, mientras que los demás permanecían en la cárcel.