La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, denunció este lunes que a las autoridades británicas en realidad no les preocupa la seguridad de los niños, tanto en Ucrania como en el Reino Unido.
"Me pregunto cómo se las arreglan las 'cabezas colectivas' de las dictaduras liberales occidentales para tener dos ideologías incongruentes al mismo tiempo: la supuesta preocupación por los niños ucranianos y el deseo maníaco de contaminar la tierra de la región con uranio empobrecido", escribió Zajárova en su cuenta de Telegram.
También agregó que "quizás piensen que será como una fiesta de la varicela en la que se reúne a niños pequeños sanos y enfermos para que los que nunca han tenido varicela puedan contagiarse y desarrollar inmunidad".
La vocera resaltó que, "en principio, es poco probable que sean capaces de cuidar de los hijos de otros países, dado que no sienten empatía ni siquiera por los suyos propios". En este contexto, recordó una investigación de la BBC que revela que oficiales británicos dispararon a niños en Irlanda del Norte con balas de plástico y de goma durante el conflicto conocido en inglés como 'The Troubles'. "Se tiene constancia de la muerte de al menos ocho menores, algunos de tan solo diez años de edad", subrayó.
Según Zajárova, "las autoridades sabían que el uso de tales municiones tenía muchas probabilidades de ser letal" y "en 1971, las fuerzas terrestres británicas recibieron instrucciones en este sentido", pero los militares "se negaron deliberadamente a comunicar su contenido a las unidades inferiores". "Era más fácil ahogar en sangre las protestas de quienes querían rezar en una iglesia diferente y hablar una lengua diferente", señaló.
"Proyectiles llenos de uranio, balas de plástico contra niños, cambio de sexo de menores con terapia hormonal sustitutiva: estas son las 'reglas' del nuevo orden mundial. ¡Estoy en contra!", concluyó la alta diplomática.
- El Reino Unido comunicó la semana pasada que enviará a Kiev municiones con uranio empobrecido. El anuncio no solo provocó una fuerte reacción por parte de Moscú, sino que también plantea la cuestión de si esta medida podría implicar graves consecuencias para los civiles que viven en los territorios en los que se planea utilizar este tipo de arma.