El expresidente Jair Bolsonaro recibió y se quedó un tercer paquete de joyas regaladas por la monarquía de Arabia Saudita, que tendrían un valor de cerca de 90.000 dólares, según reveló el diario O Estado de S.Paulo el lunes, tres días antes de su esperado regreso a Brasil.
La caja incluiría un reloj Rolex de oro blanco con incrustaciones de diamante y habría sido recibida personalmente por Bolsonaro cuando viajó a Catar y a Arabia Saudí, en octubre de 2019. También comprende una pluma de plata con piedras incrustadas, un par de gemelos y un anillo de oro blanco con diamantes.
De regreso a Brasil, según aseguró el periódico el lunes por la noche, Bolsonaro ordenó que fueran añadidas a su colección privada, lo que vulnera la ley.
Esta nueva información agrava el escándalo desatado semanas atrás, cuando la prensa brasileña reveló que en 2021 una delegación del ministerio de Minas y Energía ingresó a Brasil, sin declarar, dos paquetes de joyas, obsequio de Arabia Saudita para Bolsonaro y su esposa Michelle.
Uno de los dos paquetes fue incautado en la aduana al intentar ser ingresado de manera irregular en el aeropuerto de Sao Paulo. El otro sí llegó a manos del exmandatario.
El asunto podría ser encuadrado en una crimen de corrupción. Si los ítems se ingresan como objetos personales y su valor supera los 1.000 dólares, deben ser declarados y pagar impuestos de importación, cosa que el gobierno de Bolsonaro no hizo. Tampoco intentó regular ni incorporar al patrimonio de la Unión las joyas que fueron incautadas.
La semana pasada, por orden del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), Bolsonaro entregó a la Policía Federal (PF) la caja con joyas, por valor de casi 200.000 dólares, que le llegó a sus manos sin declarar.
La otra, la que fue incautada en Sao Paulo y está valorada en más de 3 millones de dólares, permanece en las dependencias del ministerio de Hacienda.
"Jamás pensamos en dar un golpe"
El exmandatario está desde finales de diciembre en EE.UU., a donde viajó, según sus críticos, para evitar ponerle la banda presidencial a Luiz Inácio Lula da Silva, el pasado 1 de enero en Brasilia.
No obstante, según anunció su propio entorno, Bolsonaro tiene previsto volver este jueves a Brasil, donde le espera un panorama político y judicial complicado.
El Supremo Tribunal Federal (STF) le investiga por supuestamente "incitar" a miles de sus seguidores radicales descontentos con el regreso de Lula al poder a invadir y destrozar el presidencial Palacio de Planalto, el Congreso y el STF a principios de enero.
El lunes, en una entrevista con la cadena Jovem Pan desde EE.UU, dijo que "jamás" consideró dar un golpe de Estado.
"Si quisiera dar un golpe, lo hubiera dado mientras era presidente, pero jamás pasó por nuestra cabeza", dijo.
Además tiene abiertas una quincena de investigaciones en la justicia electoral, entre ellos, por difundir noticias falsas sobre el sistema de voto electrónico.
Por todo ello, podría ser inhabilitado para las próximas elecciones o hasta ser detenido, según los analistas.