La prueba del prototipo de un arma hipersónica, llevada a cabo por Estados Unidos este marzo, resultó ser no exitosa, reconoció Frank Kendall, jefe de la Fuerza Aérea del país norteamericano.
El vienes pasado, la Fuerza Aérea informó sobre la prueba realizada el 13 de marzo, en lo que fue el segundo lanzamiento de un prototipo completamente operativo de su misil supersónico AGM-183A, desarrollado bajo el programa de Respuesta Rápida de Lanzamiento Aéreo (ARRW, por sus siglas en inglés).
A diferencia del informe emitido el pasado diciembre sobre un ensayo previo, -que indicó claramente que el misil "completó su trayectoria de vuelo" y que "todos los objetivos fueron alcanzados"-, este de ahora se limitó a anunciar que la prueba "cumplió con varios de los objetivos" y que los ingenieros y evaluadores del equipo "están recopilando datos para su posterior análisis". Tal formulación generó sospechas de que hubiesen ocurrido algunos inconvenientes durante el último ensayo.
Al intervenir este martes ante un panel del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes, Kendall aclaró la situación: "La [prueba] que acabamos de hacer no tuvo éxito. No obtuvimos los datos que necesitábamos".
El alto oficial dijo a los congresistas, en el marco de una sesión sobre la solicitud presupuestaria anual del Departamento de Defensa, que su rama militar se concentra más en su otro gran programa, el Misil de Crucero de Ataque Hipersónico (HACM, por sus siglas en inglés), y que las perspectivas del ARRW se determinarán tras analizarse los datos de la última prueba y llevar a cabo posiblemente dos ensayos más.
La Fuerza Aérea detalló en su solicitud de presupuesto para el año fiscal 2024 que completaría el desarrollo de los prototipos y las pruebas de vuelo del AGM-183A ese año, y solicitó 150 millones de dólares para conseguirlo.
El misil AGM-183A, desarrollado por Lockheed Martin, es considerado la primera arma del tipo ARRW en el arsenal estadounidense. Utiliza un sofisticado propulsor que se coloca bajo el ala de los bombarderos B-52H Stratofortress para acelerar la velocidad del proyectil, del cual se desprende un planeador que lleva su carga explosiva hacia el objetivo.
"En carrera armamentística"
Las armas hipersónicas son capaces de alcanzar una velocidad cinco veces superior a la del sonido, además de maniobrar y cambiar su dirección y altitud, lo que al día de hoy hace imposible su interceptación.
Ya en 2021, un alto funcionario estadounidense confesó que el programa hipersónico de EE.UU. no es tan avanzado como el de China o Rusia. Por lo tanto, según dijo, Washington debía "ponerse al día rápidamente" para poder igualar a Pekín y Moscú.
Aquel mismo año, Kendall confirmó que EE.UU. y China están inmersos en "una carrera armamentística" para desarrollar las armas hipersónicas más letales.