EE.UU. estaría dispuesto a participar en la conferencia internacional que organizará Colombia con el objetivo de promover el diálogo político entre el Gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sectores de oposición y representantes de la sociedad civil.
"Sí, estamos dispuestos a participar. Estamos preocupados por la situación del pueblo venezolano, y cualquier país que esté aportando sus buenos votos y buenos oficios para mejorar la situación es algo importante", expresó el subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EE.UU., Brian Nichols, en una entrevista con EFE.
El vocero del Gobierno de EE.UU. agregó que su país también podría levantar sanciones impuestas a Venezuela, si observan avances en las negociaciones entre la administración de Maduro y la oposición.
Tras la respuesta de Nichols, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, expresó su satisfacción de que Washington recibiera con beneplácito la iniciativa. "Muy bien EE.UU. por aceptar la propuesta de una conferencia internacional sobre la democracia en Venezuela. Un continente sin sanciones, en paz y con mucha democracia", dijo el mandatario colombiano.
La convocatoria hecha por Petro se conoció el martes a través de un comunicado divulgado por la Presidencia de Colombia. En la misiva se detalla que el encuentro se realizará en Bogotá, en una fecha por definir después de Semana Santa, y estarán invitadas delegaciones de EE.UU., Europa y América Latina.
"El objetivo de la reunión es reabrir caminos y construir una hoja de ruta para estimular y apoyar el diálogo entre la oposición venezolana, la sociedad civil de ese país y el Gobierno de Venezuela", dice el comunicado.
Diálogo en suspenso por no cumplir acuerdos
El diálogo volvió a encontrarse con un muro, luego de que la facción radical de la oposición no cumpliera con el acuerdo parcial pactado en noviembre pasado en México, y que los comprometía a devolver al Estado venezolano más de 3.200 millones de dólares retenidos en el extranjero por el bloqueo financiero impuesto por EE.UU. y la Unión Europea contra Caracas.
Estos recursos que, de acuerdo al pacto, se iban a utilizar para ejecutar planes de desarrollo social e importantes inversiones en obras públicas destinadas a sectores fundamentales como servicios, educación, salud, alimentos, entre otras áreas, iban a ser administrados por la Organización para las Naciones Unidas (ONU) para que interviniera como garante del buen uso de los fondos.
Al no cumplirse lo acordado, el Gobierno de Venezuela señaló a la oposición de no tener palabra y trazó como exigencia transversal para retomar el diálogo, el levantamiento total de las sanciones que mantienen activo el bloqueo contra el país.
"Venezuela no va a firmar ningún acuerdo con ese sector de la oposición venezolana hasta que no se levanten las 765 medidas coercitivas unilaterales firmadas por Donald Trump y Barack Hussein Obama", expresó a inicios de marzo el jefe negociador del Gobierno venezolano, Jorge Rodríguez.
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