Brasil amenaza con llevar a juicio a la empresa automovilística alemana Volkswagen, tras concluir sin acuerdo conversaciones en las que se le exigía el pago de una fuerte reparación económica a trabajadores que supuestamente usó como mano de obra esclava. Tales prácticas habrían ocurrido en tiempos de la dictadura militar que asoló al país, y particularmente durante las décadas de 1970 y 1980.
Representantes de la automotriz abandonaron este miércoles la mesa de negociación y se negaron a pagar una compensación de 165 millones de reales (32,37 millones de dólares), solicitada para reparar el sometimiento a trabajo esclavo y otras violaciones de derechos humanos en la hacienda ganadera Fazenda Vale do Rio Cristalino, propiedad de la empresa en el norte del estado de Pará.
"El Ministerio Público del Trabajo (MPT) lamenta la postura de Volkswagen, que va en contra de su compromiso con el país y los derechos humanos, pues es una gravísima violación que se produjo durante 10 años con su participación directa", reza un comunicado publicado por ese organismo.
El MPT aseguró que el Gobierno "adoptará todas las medidas judiciales y extrajudiciales necesarias para la efectiva reparación de los daños causados por la empresa".
Asimismo, explicó que el monto de la indemnización se destinaría a reparar a los 14 trabajadores ya identificados como víctimas y a "crear un programa de levantamiento histórico, identificación y búsqueda" de otras personas que también fueron sometidas al mismo trato en el lugar.
Amarrados a árboles, golpeados y torturados
Según los informes, la empresa de automóviles compró 140.000 hectáreas de tierra en la región amazónica en la década de 1970, en un emprendimiento no relacionado con su negocio principal, para aumentar el margen de ganancias.
Diversos testimonios sostienen que los hombres contratados para talar la selva y despejar la tierra para el rancho ganadero, fueron obligados a trabajar en condiciones humillantes y degradantes, sin acceso a agua potable ni alimentación, impedidos de salir de la hacienda y alojados en instalaciones insalubres, incluida la falta de tratamiento médico en casos de malaria.
Las acusaciones fueron presentadas en 2019 al Ministerio del Trabajo por el sacerdote y profesor Ricardo Rezende Figueira, quien fue coordinador de la Comisión Pastoral de la Tierra y documentó cientos de casos durante años.
En una entrevista con el medio G1, el año pasado, el fiscal coordinador de la investigación, Rafael García Rodrigues, dijo que los trabajadores "incluso fueron amarrados a árboles y retenidos durante días, golpeados y torturados".
¿Qué dice Volkswagen?
Por su parte, Volkswagen niega todas las acusaciones de abuso y denuncia que la empresa fue notificada "solo tres años después del inicio de las investigaciones".
"Volkswagen de Brasil rechaza todas las alegaciones presentadas en los registros de la investigación actual sobre la Hacienda Vale do Rio Cristalino, y no concuerda con las declaraciones unilaterales de los hechos presentadas por terceros", escribió en una nota citada por la prensa local.
A pesar de lo que alega Volkswagen, el MPT considera que tales violaciones a los derechos humanos no podrían haber ocurrido sin el conocimiento de la empresa.