"No es una imagen bonita": En Occidente temen por el creciente apoyo a Rusia en el mundo
La esfera de influencia de Rusia en el mundo está creciendo y cada vez son más los países neutrales o geopolíticamente no alineados que apoyan a Moscú, informa la CNBC que cita un informe de la Unidad de Inteligencia del periódico británico The Economist y a diferentes analistas.
Al evaluar la aplicación de las sanciones antirrusas de Occidente por parte de las diferentes naciones, los patrones de votación en la ONU, las tendencias políticas internas y las declaraciones oficiales junto con los lazos económicos, políticos, militares e históricos, se observa un aumento significativo en la cantidad de países que ahora se inclinan hacia Rusia, pasando de 29 el año pasado a 35 en la actualidad, según el reporte de la Unidad de Inteligencia.
Los países que ahora apoyan a Moscú, de acuerdo con el informe, son China, Sudáfrica, Malí y Burkina Faso, que juntos "representan el 33 % de la población mundial". Además, resalta la "creciente influencia de Rusia en África", mientras que la postura occidental belicista ha provocado que el número de naciones neutrales aumente de 32 a 35. "Países previamente alineados con Occidente, incluidos Colombia, Turquía y Catar, han pasado a esta categoría", señala.
"Desconexión emergente"
Por el contrario, el número de Estados que condenan a Moscú por su operación militar especial en Ucrania ha caído de 131 a 122. "El bloque liderado por EE.UU. y la Unión Europea, que incluye a los países de 'inclinación occidental', representa alrededor del 36 % de la población mundial y ha exhibido un fuerte nivel de colaboración en las sanciones, junto con un apoyo militar y económico constante para Kiev". Sin embargo, se observa una "desconexión emergente entre las economías occidentales ricas y las [economías menos desarrolladas] del Sur global", destacó.
La directora de previsión global de la Unidad de Inteligencia, Agathe Demarais, considera que los factores que influyen en el creciente apoyo a Rusia son el progresivo "resentimiento contra las antiguas potencias coloniales" y la "idea" de que las sanciones occidentales "están fomentando la inseguridad alimentaria y energética mundial, especialmente en los países emergentes". También mencionó que en el "Sur global se percibe una hipocresía en la postura de Occidente contra Moscú, dada la historia de intervenciones militares occidentales".
Demarais reconoce que las naciones en desarrollo ven en Rusia y China una alternativa para la cooperación económica, puesto que ni Moscú ni Pekín exigen demandas similares a las que hace Occidente a cambio de su asistencia. En este sentido, ella afirma que EE.UU. y sus aliados están "en el lado correcto de la historia" e insta a que se tomen medidas para contrarrestar la creciente influencia de Rusia.
"No es una imagen bonita"
"Creo que hay una falta de conocimiento [en Occidente] sobre las sanciones y cómo funcionan, qué provocan, etc., y eso beneficiará a Rusia. Va a ser una tendencia a largo plazo, no estoy segura de que haya una solución mágica rápida. No es una imagen bonita", concluyó Agathe Demarais.
Por su parte, la investigadora principal del Centro Europeo del Atlantic Council, Rachel Rizzo, dijo haberse dado cuenta de que para las personas que no viven en EE.UU. y Europa, el conflicto en Ucrania es "regional", pero que Washington y Bruselas lo "han hecho global debido a su rivalidad con Moscú y su régimen de sanciones globales". Rizzo señaló que muchos países en desarrollo están siendo colocados en posiciones en las que "no quieren estar", con EE.UU. y Europa exigiéndoles que se pongan del lado de Kiev.