Moscú acusa a Occidente de guardar silencio mientras "se viola la Ortodoxia" en Ucrania

Este sábado, la Justicia ucraniana presentó cargos contra el abad del Monasterio de las Cuevas de Kiev y ordenó su arresto domiciliario.

Occidente permanece callado y elude proteger los derechos humanos y las libertades religiosas en medio de la persecución de la Iglesia ortodoxa canónica en Ucrania, ha declarado la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova.

La vocera publicó en su cuenta de Telegram un video en el que se ve cómo una multitud se burla de una creyente que reza en una calle de Kiev en medio de la presión de las autoridades ucranianas sobre la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (UPTs, por sus siglas en ruso), considerada como parte autónoma del Patriarcado de Moscú.

"El Día de los Tontos fue un gran acontecimiento en Kiev. Nadie fue invitado, lo hicieron por sí mismos, por lo que veo. [El presidente Vladímir] Zelenski, la corte y la multitud se están volviendo locos durante la Cuaresma", escribió Zajárova.

El sábado, un tribunal de la capital ucraniana dictaminó una medida preventiva de arresto domiciliario de 60 días para el abad del Monasterio de las Cuevas de Kiev, el metropolita Pável, acusado de "incitar al odio interreligioso", "dividir a la sociedad" y "justificar" el operativo militar ruso, según la presa local.

El juicio contra el religioso, de 61 años, se llevó a cabo a pesar de su malestar, luego de que el juez aplazó el juicio hasta el 3 de abril, pero después volvió a reprogramar el proceso y ordenó llevar al clérigo al tribunal por la fuerza. El metropolitano, por su parte, niega todas las acusaciones en su contra.

"Están violando la Ortodoxia ante nuestros ojos, burlándose y mofándose. Los [países] civilizados permanecen en silencio. No para eso redactaron sus declaraciones de derechos humanos e informes sobre libertad religiosa. Habrá mejores ocasiones, conferencias o simposios. Se hablará allí de temas elevados", criticó la portavoz de la Cancillería rusa.

El religioso tendrá que pasar los próximos dos meses en una localidad alejada de la Lavra y tampoco podrá asistir a las misas que se celebren en el templo. Además, estará obligado a portar una tobillera electrónica.