El corresponsal de guerra Maxim Fomín, más conocido por su seudónimo Vladlén Tatarski, perdió la vida este domingo tras una explosión en un restaurante en el centro de la ciudad rusa de San Petersburgo, informa el Ministerio de Asuntos Interiores de Rusia. El incidente se produjo durante un evento dedicado al periodista.
Además, 32 personas resultaron heridas, 10 de las cuales se encuentran en estado grave, comunicó el Ministerio de Salud de Rusia.
De manera preliminar, se cree que "estalló un artefacto explosivo cerca de la escena", dijo una fuente a TASS, agregando que la potencia del dispositivo era equivalente a más de 200 gramos de TNT.
Los servicios de emergencia también indicaron que el artefacto explosivo contenía metralla. Según datos preliminares, el artefacto explosivo estaba oculto en una estatuilla regalada a Tatarski, detalla TASS.
Mientras, un representante de los servicios de emergencia declaró a la prensa que 13 equipos de ambulancias están trabajando en el lugar de los hechos.
En este contexto, el Comité de Investigación de Rusia abrió un caso penal. Según el organismo, "se están estableciendo todas las circunstancias y detalles del crimen".
Poco después de la tragedia, ciudadanos empezaron a llevar flores al lugar de la explosión.
La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, expresó sus condolencias a los familiares del periodista y subrayó el silencio de las instituciones internacionales ante los asesinatos y acosos que sufren los trabajadores de medios rusos.
"Los periodistas rusos afrontan constantes amenazas de represalias por parte del régimen de Kiev y sus instigadores. Estas amenazas cada vez se hacen más efectivas. Los trabajadores de prensa son acosados, estigmatizados literalmente con marcas especiales en las plataformas digitales de los monopolios estadounidenses en Internet. Contra ellos se emprende una 'caza de brujas' en los medios de comunicación occidentales", escribió la vocera en su canal de Telegram.
La ignorancia de estos hechos por parte de los organismos internacionales competentes, sostuvo, "ya no se puede interpretar menos que como una connivencia, si no como una complicidad".
"Ni un solo caso de muerte violenta de un periodista ruso, valorado por el régimen de Kiev y sus matones como un 'éxito', ha sido investigado por países occidentales, organizaciones internacionales o comunidades profesionales extranjeras. Ni siquiera se les ha mostrado alguna simpatía humana", denunció Zajárova.
- Tatarski se dio a conocer en Rusia como bloguero y corresponsal informando sobre la situación en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk.