Moscú denuncia "el objetivo de dividir a la ortodoxia" que persigue Washington

Desde la Cancillería rusa declararon que la política antiortodoxa de Vladímir Zelenski tiene un "carácter artificial", ya que se lleva a cabo "a instancias" de EE.UU.

El Gobierno del presidente ucraniano Vladímir Zelenski "no es independiente en su política contra la Iglesia", ya que "dividir a la ortodoxia es un objetivo que desde hace tiempo se proclama en Washington", afirmaron el domingo desde el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.

"El régimen de Kiev ha convertido su política religiosa en una de las herramientas para promover prácticas neonazis. [...] Las actuales autoridades laicas han iniciado y apoyado administrativamente una terrible violación de la tradición para los estándares de la vida religiosa: la división de las iglesias, interfiriendo en el lado sagrado de la vida de cada creyente ortodoxo", escribió la Cancillería en un comunicado sobre las presiones a los religiosos del Monasterio de las Cuevas de Kiev.

"El momento elegido por Zelenski y su régimen para presionar al Monasterio de las Cuevas es digno de mención: es tiempo de Cuaresma. Para los ortodoxos, la Cuaresma (especialmente la que precede a la Pascua) tiene un significado especial", agrega el texto.

Sin embargo, afirma el ministerio, toda esta "anarquía" tiene un "carácter artificial", ya que se produce "a instancias" de Washington. "El actual presidente de Ucrania, que ha sido nombrado por Washington [...], es plenamente consciente de su dependencia de Estados Unidos. Lleva a cabo una política antiortodoxa a instancias de los estadounidenses, resolviendo tareas dirigidas contra Rusia, utilizando una vez más a la Administración ucraniana como una herramienta, nada más", destaca.

Además, según la Cancillería, EE.UU. ha creado un "perverso" mecanismo de influencia sobre la vertiente confesional de la política de Kiev: "se ha nombrado un 'representante especial para la libertad religiosa', funciona la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos y se elaboran informes anuales periódicos".

Mientras tanto, la falta de respuesta al llamamiento del ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, al secretario general de la ONU, António Guterres, y al presidente en ejercicio de la OSCE, Bujar Osmani, para que pongan fin a los abusos es muy "reveladora", concluye el ministerio.