El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salmán al Saud, está actuando de manera decisiva con el fin de modificar la dinámica en Oriente Medio, buscando mejoras en las relaciones con Siria e Irán, su enemigo regional y fiero adversario de EE.UU., y provocando bajas en la producción de petróleo por OPEP+. En este sentido, el futuro monarca indicó que estaba preparado para actuar en solitario abogando por los intereses del reino, sin que EE.UU. le preste apoyo, informa Reuters con referencia a varios analistas.
De acuerdo con estos expertos, este cambio en la política de Riad se debe a las aspiraciones de crear las condiciones para el cumplimiento del ambicioso plan de transformación económica de Mohammed bin Salmán Visión 2030, que tendría que abrir las puertas del país conservador al turismo y los negocios en medio de la creciente competencia regional.
Acercándose a los enemigos de EE.UU.
El cambio del rumbo estratégico se registró en 2019, cuando Riad puso en duda el compromiso de seguridad de EE.UU. con la región tras los ataques contra las instalaciones petroleras de Saudi Aramco y se intensificó con los continuos ataques de Israel contra los objetivos iraníes en Siria. Según los analistas, Arabia Saudita trata de evitar estar en la línea del fuego cruzado.
De acuerdo con Bilal Saab, director del Programa de Defensa y Seguridad del Instituto de Oriente Medio en Washington, entre EE.UU. y Arabia Saudita nunca ha habido un diálogo serio sobre las condiciones en las que Washington defendería a Riad en caso de ataque. "Los saudíes no quieren verse inmersos en una guerra a tiros entre Irán y EE.UU. No confían en que Washington los proteja", enfatizó.
En este contexto, con la mediación de China, Arabia Saudita e Irán este marzo acordaron no enfrentarse en conflictos armados y respetar mutuamente sus soberanías tras la decisión de ambas naciones de retomar sus relaciones diplomáticas, rotas desde 2016. En opinión de Elisabeth Kendall, experta en Oriente Medio del Girton College de Cambridge, este cambio importante podría deberse a que Riad de este modo "evitará verse envuelto en otro conflicto regional, eliminando así el riesgo de otro ataque iraní directo contra su infraestructura, como los de 2019 contra Aramco". Cabe mencionar que Irán niega su responsabilidad por dichos ataques.
Además, el reino tiene previsto oficialmente poner fin al aislamiento regional de Siria al invitar al presidente Bashar al Assad a una cumbre de la Liga Árabe que se celebrará en Riad en mayo, según tres fuentes familiarizadas con el asunto.
Por otra parte, este 29 de marzo también se anunció que el rey Salmán bin Abdulaziz al Saud aprobó un memorando de entendimiento que concede a Riad el estatus de socio de diálogo en la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), liderada por China. Esto señala que Riad está entablando una relación a largo plazo con Pekín, a pesar de que el gigante asiático está envuelto en una guerra comercial con EE.UU.
En opinión de Shadi Hamid, de la Brookings Institution de Washington, tal política de Riad se debe a que "EE.UU. se ha molestado pero no ha tomado represalias de ningún tipo, lo que a su vez ha animado a Arabia Saudita a seguir profundizando su relación con los principales adversarios de Washington".