CEO de JPMorgan Chase: "La crisis bancaria aún no ha terminado y habrá repercusiones en los años venideros"

El alto ejecutivo destacó que "cumplir con los requisitos regulatorios no es suficiente", puesto que "los riesgos son abundantes", por lo que su gestión "requiere un escrutinio constante y vigilante a medida que el mundo evoluciona".

El director ejecutivo de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, advirtió este martes en su carta anual a los accionistas que la crisis bancaria desencadenada a partir del colapso de Silicon Valley Bank (SVB) todavía no ha acabado, por lo que sus efectos en la economía se prolongarán en los próximos años.

"Mientras escribo esta carta, la crisis actual aún no ha terminado, e incluso cuando haya quedado atrás habrá repercusiones en los años venideros", aseguró Dimon. Sin embargo, afirmó que esta situación no se asemeja a lo que sucedió en la crisis financiera mundial de 2008, cuando "los principales bancos de inversión" y "casi todas las instituciones de ahorro y préstamo" quebraron. "Esta crisis bancaria actual involucra a muchos menos actores financieros y menos problemas que deben resolverse", precisó.

Por otro lado, Dimon mencionó que las fallas en el sistema financiero beneficiaron a los grandes bancos tras el colapso de SVB y Signature Bank, debido a que los clientes de estas pequeñas entidades bancarias transfirieron su dinero a otras de mayor tamaño. No obstante, aseveró que "la noción de que este colapso fue bueno para ellos [los grandes bancos] de alguna manera es absurda".

Cambios en el sistema regulatorio

El CEO del mayor banco de EE.UU. subrayó que estos eventos derivarán en cambios en el sistema regulatorio, aunque aclaró que las regulaciones que suelen implementarse en un área pueden tener efectos adversos en otras. Asimismo, destacó que "cumplir con los requisitos regulatorios no es suficiente", puesto que "los riesgos son abundantes", por lo que su gestión "requiere un escrutinio constante y vigilante a medida que el mundo evoluciona".

"Ahora es el momento de pensar profundamente y coordinar regulaciones complejas para lograr los objetivos que queremos, eliminando ineficiencias costosas y políticas contradictorias", manifestó Dimon. Además, añadió que, en caso de que estos cambios se hagan "correctamente, las regulaciones bancarias podrían calibrarse, prácticamente sin agregar riesgos adicionales, para facilitar que los bancos otorguen préstamos, intermedien mercados, financien la economía, manejen una corrida en su banco y quiebren si es necesario".

SVB, considerado el decimosexto mayor banco estadounidense, colapsó el pasado 10 de marzo luego de que los depositantes, en su mayoría relacionados con el sector tecnológico y empresas respaldadas por capital de riesgo, retiraran su dinero a medida que se extendía la preocupación por la crisis que atravesaba la entidad. Dos días después de la quiebra de SVB, los reguladores estatales cerraron Signature Bank, con sede en Nueva York.