El reclamo por un aumento salarial que les permita hacer frente a la inflación anual, que se ubica en torno al 10 %, llevó a los médicos residentes del Reino Unido a iniciar este martes 11 de abril una huelga que se extenderá por cuatro días. La medida de fuerza obligó a modificar centenares de miles de citas.
La Asociación Médica Británica, sindicato que representa a los profesionales de la salud, reclama un incremento salarial del 35 %, argumentando que los trabajadores sufrieron una caída real de sus ingresos del 26 % en los últimos 15 años. Aclaró también que la huelga podría ser suspendida si recibieran una oferta creíble por parte del ministro de Salud, Steve Barclay.
Sin embargo, el titular de la cartera cuestionó el reclamo y afirmó que la suma pedida implicaría aumentos de más de 20.000 libras (unos 24.800 dólares) para algunos médicos.
Esta huelga forma parte de una serie de protestas en el sector sanitario, que incluyó un paro de médicos de tres días el mes pasado.
Pacientes en peligro
El Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) indicó que el paro de las decenas de miles de residentes obligaría a cancelar entre 250.000 y 350.000 consultas, por lo que advirtió sobre el riesgo que la medida implica para los pacientes.
"Estamos muy preocupados por la posible gravedad del impacto en los pacientes y los servicios en todo el país", expresó el director médico nacional del NHS, Stephen Powis, quien agregó que habían solicitado a los hospitales que "reprogramaran los procedimientos y los pacientes ambulatorios lo más rápido posible", a la vez que manifestó llevaría "semanas recuperarse de esto".
En ese sentido, el jefe ejecutivo de la Confederación NHS, Matthew Taylor, afirmó que "no tiene sentido ocultar que habrá riesgos para los pacientes", por lo que pidió a la población que trate de "evitar comportamientos de riesgo porque el NHS no podrá brindar el nivel de atención que desea".