Rusia enviará una misión a Venus después de 2030, en lo que sería el primer vuelo al planeta nublado en la historia moderna del país.
Los nuevos detalles del proyecto se han hecho públicos gracias a los materiales elaborados para la visita del primer ministro Mijaíl Mishustin a la empresa de diseño e ingeniería espacial Asociación Lávochkin, ubicada en la provincia de Moscú, con motivo del Día de la Cosmonáutica que se celebra este 12 de abril.
"Actualmente se está desarrollando un diseño conceptual para el complejo espacial Venera-D. El lanzamiento se prevé para después de 2030", rezan los documentos citados por Tass y según los cuales la misión partiría a bordo del cohete pesado Angará-A5.
La misión Venera-D, compuesta por una estación orbital y un módulo de aterrizaje, iba a ser un proyecto conjunto con EE.UU., pero la colaboración fue suspendida en abril de 2022 frente al empeoramiento de las relaciones bilaterales por el conflicto en Ucrania.
Anteriormente, se estimaba que la misión se lanzaría en 2029. En el marco de este programa, la agencia espacial Roscosmos planea estudiar la composición mineral y la dinámica geológica del segundo planeta del sistema solar. También se están analizando maneras de traer muestras de minerales venusianos a la Tierra, aunque en eso solo se van a centrar después que se logre el aterrizaje exitoso del aparato en la superficie de Venus y concluya la investigación inicial de las muestras que se recojan en la zona.
Ni un solo robot ha logrado descender en Venus desde hace más de 30 años, cuando el aparato soviético Vega 2 aterrizó en su superficie en julio de 1985.