Un equipo internacional de científicos ha determinado cómo los mamíferos lograron evolucionar hasta convertirse en una de las clases de animales más exitosas. El secreto del éxito, según su estudio, fue el cambio de la estructura de los huesos del cráneo, señala un comunicado de la Universidad de Birmingham en EurekAlert.
En muchos grupos de vertebrados, como peces y reptiles, el cráneo consta de una gran cantidad de huesos. Esta misma característica también estaba presente en los primeros ancestros de los mamíferos, que vivieron hace unos 300 millones de años.
Sin embargo, en el curso de la evolución, el número de huesos del cráneo en los primeros mamíferos se redujo constantemente hace 100-150 millones de años.
Un equipo de paleontólogos utilizó modelos informáticos y otros tipos de análisis para comprender el motivo de esta simplificación del cráneo.
Los resultados mostraron que esta simplificación no aumentó la fuerza de mordida ni la resistencia del cráneo. Sin embargo, conllevó una redistribución de la presión ejercida por las mandíbulas durante la masticación. La presión se trasladó desde la parte donde se encontraba el cerebro hasta los bordes del cráneo, lo que podría haber contribuido al aumento del tamaño del cerebro, sugiere el estudio, publicado en Communications Biology.
Además, en el curso de la evolución, los mamíferos también disminuyeron su tamaño corporal, adoptaron una nueva dieta de insectos y pudieron encontrar su nicho ecológico durante la época de los dinosaurios.
Los científicos concluyeron que estas cualidades aumentaron las posibilidades de supervivencia de los mamíferos.
Tras sobrevivir con éxito a la extinción masiva ocurrida hace 66 millones de años, a fines del Cretácico, esto les brindó una oportunidad de diversificarse aún más y alcanzar la amplia gama de tamaños corporales que vemos hoy en día.