Durante una rueda prensa este martes, en el marco de la cumbre de cancilleres del Grupo de los Siete (G7) en la ciudad japonesa de Karuizawa, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha descrito los ataques nucleares que tuvieron lugar en Hiroshima y Nagasaki en 1945 como un evento sin precedentes por el nivel de devastación y dolor que causaron.
En el contexto de que la siguiente cumbre de los líderes del G7 se llevará a cabo en Hiroshima del 19 al 21 de mayo, un periodista le ha dicho a Blinken que muchos residentes allí y en Nagasaki, incluido un 'hibakusha' —víctima superviviente de los bombardeos atómicos de EE.UU.—, "esperan con ansias la visita de un líder estadounidense" el próximo mes y le ha preguntado tenía "algún mensaje para ellos".
"Como usted ha señalado, nos reuniremos a nivel de dirigentes en Hiroshima, que, junto con Nagasaki, ofrece el más poderoso recordatorio de la devastación sin precedentes y el enorme sufrimiento humano que el pueblo de Japón experimentó como consecuencia de los bombardeos atómicos de 1945", ha respondido Blinken. No obstante, el secretario de Estado no ha hecho referencia alguna al país que realizó dichos bombardeos, ni ha ofrecido disculpas a los afectados ni a sus familias.
El 6 y 9 de agosto de 1945, el Ejército de EE.UU. lanzó bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, matando a 140.000 personas en la primera ciudad y 74.000 en la segunda. La gran mayoría de las víctimas de los bombardeos atómicos eran civiles. Cada año, en ambas fechas, se celebran ceremonias en las dos urbes para conmemorar a las víctimas de la tragedia nuclear.