Este 19 de abril, Brasil celebra el Día de los Pueblos Indígenas, una fecha que conmemora el conocimiento ancestral de los 305 grupos étnicos que habitan el suelo brasileño. A su vez, constituye una oportunidad para hacer hincapié en los derechos y las aspiraciones de las comunidades originarias, que actualmente enfrentan grandes retos.
Cerca de 1,6 millones de personas de diferentes etnias luchan en el país por reivindicar sus derechos y mantener de pie los bosques que abrigan sus orígenes desde hace más de 500 años, antes de la colonización portuguesa.
Actualmente, existen cerca de 500 tierras indígenas reconocidas por el Estado. Con el propósito de supervisar la puesta en marcha de políticas que garanticen, entre otros, el respeto a sus territorios, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva creó el Ministerio de Pueblos Indígenas, una inédita cartera gubernamental comandada por una lideresa indígena, Sonia Guajajara, integrante de los guajajara del Amazonas, quien ha prometido reconocer y certificar al menos 10 nuevas demarcaciones territoriales para finales de este abril.
Durante los últimos 4 años, los pueblos originarios vivieron bajo constante amenaza. En el 2020, 182 indígenas fueron asesinados, un récord desde que se empezó a contabilizar la violencia. Según el Consejo Misionero Indígena, una ONG que vigila la violencia contra los pueblos nativos, casi la mitad de las tierras ancestrales reconocidas por el Ejecutivo fueron invadidas por agentes de la minería ilegal.
"La vida de los pueblos indígenas nunca fue fácil desde la época de la invasión de nuestro país, pero pasamos por un retroceso muy grande en los últimos 4 años. El antiguo gobierno nos trajo muertes, pérdida de libertades, deforestación; en fin, trajo todo lo malo. Estábamos expuestos, corríamos el riesgo de desaparecer", asegura la indígena guaraní Sonia Ara Mirim.
Aunque los ataques continúan, para los pueblos originarios el momento político actual que vive Brasil representa una nueva aura espiritual en la nación. "Era necesario tener mujeres indígenas al frente de los poderes. Siempre estuvimos en la lucha, pero ahora está concretado. Nunca más un Brasil sin nosotras", afirma Mirim.
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