El presidente de EE.UU., Joe Biden, pedirá al Congreso que apruebe un desembolso de 500 millones de dólares, diez veces más de lo previsto inicialmente, para el Fondo Amazonía, en medio de las tensiones diplomáticas con Brasilia por la postura del presidente Luiz Inácio Lula da Silva sobre el conflicto de Ucrania.
"Estoy complacido de anunciar que voy a solicitar los recursos para poder contribuir con 500 millones de dólares al Fondo Amazonía y a otras actividades relacionadas con el clima para los próximos cinco años, para apoyar el renovado esfuerzo de Brasil de acabar con la deforestación en 2030", dijo el mandatario estadounidense al participar en la reunión virtual del Foro de las Principales Economías sobre energía y clima.
Biden hizo un llamamiento a otros líderes para que se comprometan a apoyar el programa de financiamiento internacional del gobierno brasileño para acciones de combate a la deforestación de la mayor selva tropical del planeta, del que ya forman parte Noruega y Alemania.
"El tiempo se está estrechando"
"El tiempo que tenemos para actuar se está estrechando", dijo Biden, tras multiplicar por diez su oferta de ayuda, luego de una promesa inicial de apenas 50 millones de dólares.
Fue en febrero pasado, después de la llegada de Lula al poder, que el país norteamericano anunció su voluntad de adherirse al Fondo Amazonía, tras su reactivación. El mecanismo había sido suspendido durante la gestión del ultraderechista Jair Bolsonaro.
La Casa Blanca también dijo que la Corporación Financiera de Desarrollo de EE.UU. trabaja en un paquete de inversión de 50 millones de dólares para la Estrategia de Restauración del banco brasileño BTG Pactual.
Ese plan pretende restaurar unas 300.000 hectáreas de terrenos degradados en Brasil, Uruguay y Chile, con inversiones por valor de 1.000 millones de dólares y una previsión de captura de 35 millones de toneladas de carbono en los próximos 15 años.
Tensión con Brasil por Ucrania
Estos anuncios se dan en medio de la tensión diplomática desatada entre los gobiernos de EE.UU. y Brasil, después de que Lula considerara que las autoridades estadounidenses debían dejar de fomentar el conflicto en Ucrania, durante su visita oficial a China.
"Es necesario que EE.UU. deje de alentar la guerra y empiece a hablar de paz", sostuvo el presidente, y agregó que es igual de "necesario" que la Unión Europea (UE) empiece a buscar vías para un arreglo pacífico entre Moscú y Kiev.
El lunes, la Casa Blanca mostró su descontento con las palabras de Lula. El portavoz de Seguridad Nacional, John Kirby, aseveró que los comentarios de Lula estaban "simplemente equivocados".
"En este caso, Brasil está repitiendo como un loro la propaganda rusa y china, sin mirar en absoluto los hechos", dijo Kirby. Y añadió que Washington esperaba que el presidente brasileño instara a Moscú a poner fin a las hostilidades y a "retirar las fuerzas rusas de Ucrania".