El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, evaluó las perspectivas de prolongación del acuerdo sobre el transporte de cereales desde los puertos del mar Negro durante una rueda de prensa celebrada este jueves en el marco de su visita a Cuba.
De acuerdo con el canciller, a pesar de las iniciativas del secretario general de la ONU, António Guterres, destinadas a ayudar a los países más pobres, "el acuerdo de transporte de granos en su parte ucraniana es predominantemente de naturaleza comercial y, como tal, apenas ayuda a los países del tercer mundo".
Lavrov precisó que el grano y otros productos agrícolas enviados desde los puertos ucranianos no llegan a países que enfrentan una crisis alimentaria, sino que acaban en los países occidentales, o en países ricos de otras regiones. "El grano ucraniano entra en los mercados europeos a precios de 'dumping' y con arancel cero, saltándose todos los requisitos fitosanitarios", destacó el ministro, explicando que eso resulta en "enormes pérdidas para los productores tradicionales de grano en la propia Europa".
Para compensar a sus productores, la Comisión Europea destina 100 millones de euros. No obstante, Lavrov subrayó que "sería más justo comprar grano ucraniano barato a precios de 'dumping' y suministrarlo gratuitamente a los países más pobres que necesitan alimentos". Pero Lavrov explicó que ni los países de la Unión Europea ni EE.UU. están interesados en ello, ya que aspiran a lograr "una mayor comercialización de las exportaciones de cereales de Ucrania", incluso en el marco del acuerdo de transporte de granos, explicó Lavrov.
Por otra parte, el canciller señaló que Rusia, teniendo en cuenta que la iniciativa de Guterres se refería precisamente a los países pobres, "insistió en que los barcos que zarpan de los puertos ucranianos proporcionen datos sobre a dónde llevan la carga". "El objetivo es absolutamente claro: hacer que los buques con destino a países pobres en desarrollo, principalmente a África, tengan prioridad en la lista de paso por los estrechos", dijo Lavrov.
No obstante, la parte ucraniana "intentó impedir el suministro de dicha información", lo que "no añade optimismo sobre cuál es el verdadero objetivo de quienes tan activamente defendieron la conclusión de este acuerdo", lamentó el ministro.
Además, Lavrov recordó que Rusia también se enfrenta al hecho de que no se está aplicando la segunda parte de la iniciativa de Guterres, según la cual deben eliminarse todos los obstáculos a la exportación de fertilizantes y cereales de Rusia. "Estamos encontrando oportunidades, y de forma bastante activa, para enviar nuestros productos y fertilizantes hacia los mercados mundiales. Pero todo esto se hace no en el marco de la iniciativa del secretario general de la ONU, sino a pesar de ella. Todos nuestros recordatorios y peticiones reciben la respuesta de que la ONU lo está intentando, está haciendo todo lo posible y seguirá intentándolo", señaló Lavrov, agregando que en los nueve meses transcurridos desde que se puso en marcha la iniciativa no ha habido ningún progreso en la cuestión. "Esto no está muy claro", dijo.
El pacto sobre el transporte de cereales desde los puertos del mar Negro fue alcanzado en julio pasado entre Rusia y Ucrania y fue negociado por la ONU y Turquía. El acuerdo tenía como objetivo ayudar a reanudar los envíos de grano desde los puertos ucranianos y ya se extendió una vez, pero expirará el próximo 18 de mayo y existe incertidumbre sobre sus perspectivas de renovación.