Este sábado se cumple el 55.º aniversario de la entrada en vigor del Tratado para la Proscripción de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, conocido también como el Tratado de Tlatelolco, que estableció una zona libre de armas nucleares en la región.
El documento, que fue firmado el 14 de febrero de 1967 y entró en vigor el 22 de abril de 1968, prohíbe a los países latinoamericanos probar, usar, fabricar y adquirir armas nucleares y, al mismo tiempo, permite utilizar la energía nuclear para fines pacíficos, en particular para el desarrollo económico y el progreso social. Hoy en día, 33 países de América Latina y el Caribe forman parte del acuerdo.
La primera iniciativa de establecer una zona libre de armas nucleares en la región fue lanzada por Costa Rica en 1958. No obstante, solo después de la crisis de los misiles de Cuba, que tuvo lugar en 1962, la idea ganó popularidad en toda la región. El Tratado de Tlatelolco tuvo por objetivo evitar que América Latina se convirtiera en el área de confrontación nuclear de las grandes potencias.
"El tratado funcionó porque en América Latina y el Caribe no aparecieron armas nucleares"
Además, Vladímir Orlov, director de PIR-Center, organización no gubernamental rusa especializada en cuestiones sobre la no proliferación nuclear y la seguridad global, explica que en la región "había varios programas nucleares que competían entre sí" y que "varios países veían las armas nucleares con interés", por lo que "decidieron establecer las reglas del juego" haciendo que todos los países de la América Latina y el Caribe se abstuvieran de involucrarse en asuntos sobre armas nucleares.
"El tratado funcionó porque en América Latina y el Caribe no aparecieron armas nucleares durante todo este tiempo", subrayó Orlov. También añade que "los Estados de la región adoptan una actitud bastante firme al decir que no necesitan armas nucleares para el desarrollo, el estatus o su propia seguridad".
Asimismo, Orlov destacó que el Tratado de Tlatelolco se convirtió en un precedente para otras regiones, como el sur del Pacífico, África y Asia Central, que también establecieron sus propias zonas libres de armas nucleares, "usando lo positivo que había en el Tratado de Tlatelolco".
Mientras tanto, Sérgio de Queiroz Duarte, diplomático brasileño retirado y ex Alto Representante de la ONU para Asuntos de Desarme, dijo este sábado que "desde su aprobación, todos los participantes cumplen con sus obligaciones fielmente" y "categóricamente renunciaron a los ensayos nucleares". Contestando a la pregunta sobre la influencia del Tratado de Tlatelolco en la seguridad regional, Duarte señaló que "América Latina sigue siendo una región estable durante mucho tiempo".