La Policía de Kenia empezó a exhumar los cadáveres de más de medio centenar de tumbas halladas en el condado de Kilifi, unos 400 kilómetros al sureste de Nairobi, cerca del lugar donde la semana pasada fueron rescatados 15 seguidores de un culto cristiano que creían que irían al cielo si morían de hambre, recoge Reuters.
Hasta el momento se han contabilizado alrededor de 58 tumbas en una parcela de tierra de más de 300 hectáreas, que se cree es propiedad del líder de la Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas, Paul Mackenzie, quien se encuentra detenido mientras concluyen las investigaciones en su contra.
De acuerdo con medios locales, el número de cuerpos encontrados en las fosas comunes en los últimos dos días ascendió a 15. Sin embargo, una fuente policial anónima, citada este sábado por AFP, aseguró que eran 21 los restos humanos exhumados. "Ni siquiera hemos excavado la superficie, lo que da una clara indicación de que es probable que obtengamos más cuerpos al final de este ejercicio", indicó. Otra de las fuentes confirmó que al menos tres niños se encontraban entre las víctimas.
El pasado marzo, la Policía arrestó y luego liberó a Mackenzie por incitar a unos padres a asfixiar y matar de hambre a sus dos hijos. Inicialmente fue puesto en libertad bajo una fianza de 700 dólares, pero volvieron arrestarlo el 15 de abril tras descubrirse los cuerpos de cuatro de sus seguidores. Seis de sus cómplices también fueron detenidos.
"Este pastor tendrá que enfrentar todos estos cargos a pesar de que se ha declarado en huelga de hambre diciendo que está rezando y ayunando bajo custodia", señaló una fuente policial. La audiencia de sentencia comenzará el próximo lunes.