El vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev, aseguró este martes durante su discurso en un foro denominado 'Conocimiento. Primeros' que Rusia tomará medidas de represalia según el principio del "ojo por ojo" en caso de que se incauten activos de su país congelados en el extranjero.
"La confiscación de activos rusos tanto a ciudadanos como a empresas es un acto ilegal, esencialmente es un robo, sobre el que no cabe ninguna base jurídica", resaltó, agregando que Occidente "siempre partió de la tesis de la propiedad privada sagrada e inviolable", pero "en la situación actual pisoteó esencialmente esta doctrina con sus sanciones".
El expresidente ruso también denunció que la humanidad está al borde de una guerra mundial, pero aún puede evitarse. Según Medvédev, Occidente no prestó atención a las preocupaciones de seguridad de Rusia, que se formaron tras el colapso de la URSS, sino que empezó a colocar más bases militares alrededor de sus fronteras y "empezó a arrastrar" a la "enferma Ucrania" a la OTAN.
"El mundo está enfermo y muy posiblemente al borde de una nueva guerra mundial", declaró, agregando que "muchas cosas no están bien", y mucha gente está más preocupada por el cambio climático que por la posibilidad de encontrarse en medio de una explosión nuclear. Además, subrayó que, con la amenaza nuclear como telón de fondo, hablar de la agenda verde parece "una astucia primitiva".
Entre otras cosas, el expresidente expresó que el declive del modelo económico occidental no está lejos y que las monedas como el dólar o el euro podrían dejar de ser utilizadas en un futuro próximo.
Asimismo, Medvédev aseguró que todos los objetivos de la operación especial militar serán logrados. "No es el Ejército ucraniano el que se enfrenta hoy a nosotros, sino toda la Alianza del Atlántico Norte. Se trata, de hecho, de una guerra [...] por poderes que el mundo occidental está librando contra nuestro Estado", destacó.
En este contexto, el alto funcionario señaló que las fuerzas rusas se ven obligadas a "luchar contra toda la OTAN", refiriéndose a los suministros de armas y el entrenamiento que proporciona Occidente a Kiev, lo que es "una tarea muy difícil".