El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, comienza este martes una visita de dos días a España en la que tratará temas bilaterales con su homólogo español, Pedro Sánchez, con la intención de reforzar las relaciones entre los dos países, que habían estado congeladas durante el mandato de su predecesor, Jair Bolsonaro.
Procedente de Portugal, a su llegada a España Lula participará este martes en el foro económico Encuentro Empresarial España-Brasil, organizado por la Cámara de Comercio, que contará con la presencia de la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, y del ministro de Industria, Comercio y Turismo, Héctor Gómez.
Sánchez no participará en este primer evento debido a su comparecencia planeada en el Senado. Sin embargo, se reunirá con Lula este miércoles por la mañana en el Palacio de La Moncloa, antes del almuerzo oficial que ofrecerá el rey Felipe VI en el Palacio Real, como se ha informado desde Planalto.
Relaciones comerciales
La visita se enmarca en la intensa actividad diplomática que el presidente brasileño ha iniciado desde que asumió su tercer mandato en enero de este año. Tras viajar a Argentina, Uruguay, EE.UU., China y Emiratos Árabes Unidos, su primera visita a Europa arrancó en Portugal y ahora España.
En la reunión entre Lula y Sánchez se abordarán principalmente cuestiones de carácter económico. España es el segundo mayor inversor en Brasil, solo por detrás de EE.UU., con 63.000 millones de dólares.
Además, en unas semanas Pedro Sánchez asumirá la presidencia de la Unión Europea, mientras que Lula asumirá la del Mercosur. Así, una de las cuestiones que se abordarán será el acuerdo comercial entre ambos bloques. Los dos actores esperan que el proyecto se pueda hacer realidad en unos meses.
Conflicto en Ucrania
Está previsto que durante la reunión de los dos presidentes de este miércoles se firmen varios acuerdos bilaterales y se traten, además de los temas económicos, asuntos como la emergencia climática y el conflicto en Ucrania.
Precisamente sobre la solución a esta crisis es donde se encuentran las mayores discrepancias. Lula criticó en un inicio el envío de armamento a Ucrania, alegando que era una forma de prolongar el enfrentamiento, una postura totalmente opuesta a las tesis europea y española.
Sin embargo, el Gobierno español ha elogiado su interés en involucrarse en la solución del conflicto y su planteamiento de un plan de paz que pasa por reunir a un grupo de países que faciliten las negociaciones.