El rey emérito de España Juan Carlos I ha sido visto nuevamente mostrando su afición por la caza de fauna silvestre, aunque en esta ocasión presentándose en versión de poliuretano con un rifle en las manos.
Para el asombro de los madrileños, una escultura del antiguo monarca como cazador apareció en pleno centro de la capital al lado del símbolo de la ciudad, el Oso y el Madroño. Mirando fijamente al animal, el inesperado protagonista de la Puerta del Sol apuntaba con una escopeta al monumento de bronce.
Sin embargo, la muestra duró apenas unos minutos y concluyó con la retirada de la estatua del cazador. "Estuvimos diez minutos. ¡Puta, queríamos provocar!", se sinceró con elDiario.es el autor de la escultura, el artista chileno Nico Miranda.
Miranda detalló que los policías no aparecieron durante el 'performance' y bromeó que le "habría gustado" que hubieran requisado la obra hecha a mano sin ningún molde. Pintada al óleo, "es un chamuyo", explicó el artista, quien logró simular el color del bronce.
Con su obra, Miranda sacó a relucir "el historial de este señor", bien conocido entre todos los españoles, con humor negro que apunta a la insaciabilidad del cazador. "Si puede matar el símbolo de Madrid podría abatir a cualquiera", razonó el chileno.
"Creo que podría tenerla algún facha en su despacho y eso es lo que la convierte en una pieza muy cínica. Hay violencia, pero también hay humor absurdo y negro. No es un chiste", explicó el autor de la escultura, describiendo su obra como "un instante sencillo, directo y lúcido".