El Comité de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Eliminación de la Discriminación Racial pidió este viernes a los países de América "poner fin a las expulsiones colectivas" de personas de origen haitiano en situación de movilidad.
En una declaración fechada este 28 de abril, el organismo expresó su "profunda preocupación" por la situación de los derechos humanos de los migrantes provenientes de Haití, y llamó a los gobiernos de la región a revisar "sus políticas y leyes de migración, asilo y refugio para prevenir y erradicar prácticas discriminatorias".
El comité, que actuó en virtud de su Procedimiento de Alerta Temprana y Acción Urgente, ha recibido informes de violaciones y abusos de los derechos humanos en algunos Estados Partes de la región, en particular Argentina, Bahamas, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, EE.UU., Guatemala, Honduras, México, Panamá, Perú y República Dominicana, así como en las islas Turcas y Caicos.
La ONU denunció que para las expulsiones colectivas no se toman en cuenta las necesidades individuales de cada caso, por ejemplo los de mujeres embarazadas, recién nacidos, víctimas del tráfico de personas o de violencia de género.
En ese sentido, el Comité contra la Discriminación Racial llamó a los gobiernos de la región a "adoptar las medidas necesarias para garantizar el respeto de los derechos humanos de las personas de origen haitiano en situación de movilidad".
Entre esas medidas, la ONU recomendó "suspender los retornos forzados de haitianos a su país, tomando en consideración la situación actual" en su territorio; facilitar el otorgamiento de medidas de protección, regularización y estancia legal a esas personas y "prevenir el uso excesivo de la fuerza, tratamientos crueles, inhumanos y degradantes".
De acuerdo al organismo, Haití sufre "una de las peores crisis de derechos humanos en décadas y una grave emergencia humanitaria".
En un informe publicado el 14 de abril por la oficina del secretario general de la ONU, António Guterres, señala como uno de los principales problemas el accionar de las pandillas que siguen compitiendo "por ampliar su control territorial en toda el área metropolitana de Puerto Príncipe, extendiéndose a barrios que antes no se veían afectados por este fenómeno".
"Con el elevado número de muertes y el aumento de las zonas bajo control de bandas armadas, la inseguridad en la capital ha alcanzado niveles comparables a los de países en conflicto armado", sostiene el texto.