La Comisión Europea ha acordado la reanudación del tránsito de granos ucranianos a través de cinco países comunitarios que este mes impusieron restricciones a su importación, esgrimiendo que el exceso de cereales baratos procedentes del país eslavo distorsionaba el mercado local.
Bulgaria, Polonia, Rumanía, Hungría y Eslovaquia adoptaron estas medidas en medio de una ola de manifestaciones de granjeros que denunciaron que la afluencia de los granos ucranianos había desplomado los precios locales.
Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea y comisario de Comercio, escribió en un tuit que el órgano ejecutivo de la UE "ha llegado a un principio de acuerdo con Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia en relación a los productos agroalimentarios ucranianos" para "abordar las preocupaciones de los agricultores de los países vecinos de la UE y de Ucrania".
Según explicó, los elementos clave del acuerdo incluyen:
- Retirada de medidas unilaterales por parte de Bulgaria, Polonia, Hungría y Eslovaquia
- Medidas de salvaguardia excepcionales para cuatro productos: trigo, maíz, colza, girasol
- Paquete de apoyo de 100 millones de euros (110 millones de dólares) para los agricultores afectados en los cinco países miembros
- Investigaciones sobre la necesidad de medidas de salvaguardias para otros productos, incluido el aceite de girasol
- Trabajo para asegurar las exportaciones a otros países
Debido al conflicto militar entre Rusia y Ucrania, se acumularon grandes cantidades de cereales en los puertos del mar Negro. Ante esa situación, la Unión Europea canceló los aranceles a los cereales ucranianos en su intento por apoyar la economía del país eslavo.
La iniciativa debía facilitar la exportación de productos agrícolas a países necesitados de Asia y de África, pero una gran parte del grano llegó a mercados de países vecinos de Ucrania, como Polonia, Rumanía y Hungría.
La situación se tradujo en un exceso de este tipo de productos en esos países, con la consiguiente caída de precios, lo que desató las protestas de los agricultores locales, que dijeron sufrir grandes pérdidas.