El Gobierno francés decidió permitir que Framatome, una filial de energía nuclear de Électricité de France, participe en la construcción de dos reactores en la central nuclear húngara Paks-2, proyecto liderado por el gigante nuclear ruso Rosatom, informó Le Monde este jueves.
El asunto ha sido calificado de controversial, debido a las sanciones de la UE contra Rusia. Sin embargo, "hasta la fecha, las sanciones europeas no apuntan a la industria nuclear [rusa]. Si los actores franceses desean asociarse con otros actores europeos, no vamos a impedírselo", declaró al diario una fuente cercana a Agnès Pannier-Runacher, ministra francesa de Transición Energética.
"Los actores franceses de la industria nuclear apoyan a nuestros socios europeos, y en particular a Hungría, en todos sus enfoques y en todos los proyectos que lleven a cabo en su territorio, siempre que respeten estrictamente el marco europeo de sanciones internacionales", añadió la fuente.
Según el informe, la participación de Framatome en la construcción del proyecto en la parte central del país magyar fue ampliamente discutida el mes pasado durante una reunión entre el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
Las fuentes de Le Monde señalaron que París y Budapest comparten "una fuerte creencia en la energía nuclear", a pesar de los desacuerdos sobre otros temas de la agenda de la UE.
El proyecto Paks-2 se puso en marcha en 2014, en virtud de un acuerdo entre Hungría y Rusia. Se prevé la construcción de dos reactores nucleares, a cargo de Rosatom, y un préstamo estatal ruso para financiar la mayor parte del proyecto. Los cuatro reactores existentes en Paks se pusieron en marcha entre 1982 y 1987, y producen aproximadamente la mitad de la electricidad del país centroeuropeo.
El mes pasado, el ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, declaró que su país podría aumentar el papel de Framatome en el proyecto, tras los problemas surgidos con otro proveedor, la alemana Siemens Energy. Ambas empresas habían sido contratadas para suministrar los sistemas de control de los nuevos reactores de Paks-2, como parte de un consorcio franco-alemán. La participación de Siemens en el proyecto está actualmente bloqueada por Berlín, en el contexto de las sanciones antirrusas por el conflicto en Ucrania y de la gradual desnuclearización energética de Alemania.