El cambio climático llega al fondo del océano y amenaza a la fauna de la zona crepuscular
Una gran cantidad de especies que habitan la zona crepuscular del océano, situada entre los 200 y los 1.000 metros de profundidad, podrían desaparecer debido al calentamiento global, alerta un nuevo estudio, que advierte de consecuencias que podrían durar miles de años.
A la zona crepuscular apenas llega la luz del Sol, pero alberga una gran variedad de organismos —animales unicelulares, plancton, medusas y pececillos—, así como miles de millones de toneladas de materia orgánica. Los animales en esta zona se alimentan de las partículas orgánicas que descienden desde aguas superficiales.
Un equipo internacional de paleontólogos analizó el estado de la zona crepuscular en dos periodos cálidos del pasado, uno hace 15 millones y otro hace 50 millones de años, valiéndose para ello de conchas microscópicas conservadas en sedimentos oceánicos.
En su estudio, publicado en Nature Communications, los investigadores señalan que durante esos períodos cálidos hubo una cantidad considerablemente menor de organismos en la zona crepuscular, debido a que llegaban mucho menos alimentos de las aguas superficiales, al degradarse las partículas orgánicas con mayor rapidez por efecto de las bacterias.
Combinando las pruebas sobre los periodos cálidos del pasado con simulaciones computerizadas, los científicos recrearon lo que podría ocurrir en las décadas, siglos y milenios futuros debido al cambio climático impulsado por las emisiones de gases de efecto invernadero.
"Nuestros resultados sugieren que ya se estarían produciendo cambios significativos", afirmó Katherine Crichton, investigadora de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y autora principal del estudio.
Los resultados muestran que esta parte del océano podría perder entre el 20 % y el 40 % de la vida hasta 2100 si no se reducen rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono.
Si las emisiones crecen, una gran parte de la vida crepuscular oceánica se agotará o se extinguirá dentro de 150 años, de tal forma que recuperar los ecosistemas llevaría miles de años.