Estrangulamiento, hambre y traumas craneales: exponen la macabra forma en que murieron miembros de un culto de inanición en Kenia
Algunas víctimas de un culto de inanición en Kenia, especialmente niños, mujeres y ancianos, fueron obligadas por la fuerza a morir de hambre o asfixiadas a manos de otros miembros de la secta para acelerar su muerte debido a la ideología cristiana radical promovida por su líder, informó este miércoles Nation, citando una declaración oficial.
De acuerdo con las autoridades kenianas, hasta el momento se han recuperado al menos 109 cadáveres durante los trabajos de exhumación llevados a cabo en un bosque situado en la remota comuna de Shakahola, en el condado de Kilifi. El territorio es propiedad del pastor de la Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas Paul Mackenzie, acusado de ordenar a sus seguidores a que renuncien por completo a la comida y a que esperen hasta la muerte para ir al cielo a encontrarse con Jesús.
Las autopsias realizadas esta semana han revelado que dos niños y un adulto murieron por asfixia, al tener la boca y la nariz cerradas, así como también que un niño sufrió una lesión en la cabeza. "En general, tenían señales de inanición. Pero dos cuerpos de niños tenían cianosis o la decoloración azulada de las uñas que causa la asfixia. Esto significa que se les negó el oxígeno en el momento de la muerte y lo que podría ser un indicador de que fueron asfixiados", dijo el principal patólogo gubernamental, Johansen Odour, en una conferencia de prensa.
Por otra parte, hay indicios de que Mackenzie y un grupo de cómplices se pudieron haber beneficiado económica y materialmente de estos trágicos actos. Anteriormente, se había informado que los seguidores del culto voluntariamente iban a un bosque situado allí, donde se los privaba de la comida y el agua y morían, mientras que los cómplices del pastor enterraban los cadáveres a cambio de dinero que las propias víctimas pagaban por adelantado.
La historia del culto salió a la luz cuando a finales de marzo dos niños fueron encontrados muertos, asfixiados por sus padres y después de haber sido privados de comida. La Policía vinculó el crimen con Mackenzie y lo detuvo por incitar a los padres de los niños a hacerlo.
Actualmente, el pastor y 17 sospechosos cómplices están bajo custodia. Mackenzie se encuentra siendo investigado por asesorar y ayudar a personas a suicidarse, por asesinato, secuestro, radicalización, genocidio, crímenes contra la humanidad, crueldad infantil y fraude, entre otros.