Los equipos de búsqueda de sobrevivientes y víctimas de un culto religioso de Kenia han encontrado este sábado en un bosque de la remota comuna de Shakahola, en el suroeste del país, 22 cadáveres más, lo que aumenta a 201 el número total de muertos entre los integrantes de esta secta cristiana radical, confirmó a la prensa la comisionada regional Rhodah Onyancha.
Onyancha agregó que las autoridades arrestaron a un sospechoso más, con lo cual ya son 26 los detenidos en relación con las muertes. El miércoles, la Justicia keniana negó la libertad bajo fianza al líder del culto, Paul Mackenzie, acusado de ordenar a los feligreses de su Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas renunciar por completo a alimentarse y esperar la muerte para poder ir al cielo y encontrarse con Jesucristo.
Algunas víctimas del culto de inanición, especialmente niños, mujeres y ancianos, fueron obligadas por la fuerza a morir de hambre o asfixiadas por otros miembros de la secta para acelerar su muerte.
También hay indicios de que Mackenzie y un grupo de cómplices se pudieron haber beneficiado económica y materialmente de estos trágicos actos. Anteriormente, se había informado que los seguidores del culto iban voluntariamente al bosque, donde se les privaba de comida y agua hasta que acababan falleciendo, mientras que los cómplices del pastor enterraban los cadáveres a cambio de dinero que las propias víctimas pagaban por adelantado.