Allanamientos, protestas y detención: el escándalo de pederastia eclesiástica en Bolivia

Un exjesuita advirtió que dará a conocer más nombres de curas que abusaron de menores.

La Iglesia Católica de Bolivia enfrenta un grave escándalo a raíz de la revelación de los masivos abusos sexuales cometidos por sacerdotes en contra de menores de edad, lo que ya ha derivado en allanamientos de sedes religiosas, suspensión de los acusados, investigaciones judiciales y manifestaciones de repudio.

Además, ya se produjo la primera detención formal de un cura acusado de pederastia desde que estalló el caso que ha generado conmoción social y protestas en iglesias de La Paz y Santa Cruz. Víctimas, familiares y activistas se han plantado en las sedes religiosas para exigir que se aceleren las indagatorias. 

"Ni confesión ni perdón, exigimos justicia", señalaba la pancarta en una de las manifestaciones realizadas este jueves en la puerta de la Compañía de Jesús ubicada en La Paz, la capital del país.

El escándalo comenzó el mes pasado, cuando el periódico El País publicó el diario personal en el que Alfonso Pedrajas, un cura español fallecido en 2009, registró los abusos sexuales que cometió durante los años 80 y 90 en contra de por lo menos 85 niños que iban a las escuelas jesuitas en Bolivia.

Con el paso de las semanas, las denuncias fueron en aumento y hasta ahora ya hay 13 jesuitas implicados en más de 200 abusos o en su encubrimiento. Algunos de ellos ya están fallecidos.

Es el caso, por ejemplo, de Luis María Roma Padrosa, quien, al igual que Pedrajas, llevaba un registro de los abusos que cometía en contra de niños de seis a 12 años de edad, pero no a través de diarios, sino de fotografías.

Como parte de la investigación, el Ministerio Público y la Policía allanaron la noche del miércoles las instalaciones de la Compañía de Jesús La Paz, las cuales quedaron precintadas para evitar el acceso mientras siguen las indagatorias.

Testimonio

Este jueves, en medio de una amplia expectativa mediática, el exjesuita Pedro Lima se presentó ante la Fiscalía de Cochabamba para declarar sobre los delitos de pederastia de su antigua orden.

"Me presento por el caso de Alfonso Pedrajas que ha desgarrado la vida de tantos niños y ha causado tanto dolor a nuestro país. Voy a revelar varios datos ante las autoridades, información que no puedo compartir de manera pública por ser sensible", dijo al recordar que él supo de los abusos desde 2001 y los denunció ante las autoridades eclesiásticas, pero no pasó nada.

También anticipó que dará a conocer ante la Justicia los nombres de otros curas involucrados en estos crímenes.

La primera reacción de la Compañía de Jesús fue solidarizarse con las víctimas y suspender a ocho curas, pero sin dar a conocer su identidad. Aunque primero anunció que realizaría una investigación interna, luego decidió dejar todo en manos de la Justicia.

Así lo confirmó Bernardo León Mercado, máxima autoridad de esta institución en el país sudamericano y quien ya declaró como testigo en la causa.

"Hemos de reconocer que no todos los sistemas diseñados son los adecuados, estamos aprendiendo de la experiencia que hay que tomar otro camino, por consiguiente, la Compañía de Jesús ha optado una nueva orientación (…), no existen más investigaciones internas de hoy en adelante y todo va a justicia ordinaria", explicó en un programa televisivo.

El funcionario religioso aclaró que esto no significa que la Compañía de Jesús se desentenderá de los casos, sino que cederá la recepción y atención de las denuncias a un equipo de profesionales.

Captura

Entre las múltiples secuelas de este caso, destaca la detención del cura Milton Murillo Ortiz, quien fue arrestado el miércoles en Tarija con cargos por abuso sexual contra 30 seminaristas en 2014.

Se trata del primer sacerdote detenido desde que estalló el escándalo de los jesuitas, aunque en su caso, no pertenece a esta orden.

Las primeras denuncias en contra de Murillo Ortiz se presentaron en 2021 y se refieren a delitos cometidos cuando dirigía el Seminario de la Orden Carmelita Virgen de Fátima, en la ciudad de La Paz.

Sandra Gutiérrez, fiscal de Tarija, confirmó la detención, pero advirtió que no ofrecerán mayores detalles del caso para no entorpecer la investigación que todavía está en curso y en la que esperan se sumen más testimonios de víctimas.