Un equipo de oceanólogos y geólogos de EE.UU. descubrió que el enorme peso de los rascacielos en Nueva York está contribuyendo al hundimiento de la ciudad costera. El modelo empleado, que predice las tasas de hundimiento natural, devolvió tasas estimadas para diferentes partes de la urbe, así como un promedio para el conjunto de 1 a 2 milímetros por año. De este modo, pudieron estimar cuánto hundimiento es probable que ocurra en los próximos años.
Los expertos contaron los edificios que conforman la Gran Manzana y realizaron estimaciones de su peso para calcular la masa total (alrededor de 764 millones de toneladas). Con los datos obtenidos corrieron el modelo, teniendo en cuenta la presión de todo el peso, las condiciones del suelo y su tipo, así como las tasas de hundimiento del mundo real registradas durante las últimas décadas mediante mediciones satelitales.
Los investigadores descubrieron que algunas partes de la ciudad corren más riesgo de hundimiento que otras. Hallaron que las zonas con suelos ricos en arcilla son especialmente vulnerables. También encontraron que los rellenos artificiales son más propensos a hundirse que los depósitos de arena o el lecho rocoso, que no se hundirán en absoluto.
La urbanización y los riesgos del cambio climático
Este proceso de hundimiento de las ciudades ubicadas en las zonas costeras agudiza el riesgo de desastres naturales debido a la intensificación del cambio climático, que está provocando un aumento del nivel del mar. El estudio fue publicado recientemente en la revista Earth's Future.
"El objetivo del artículo es crear conciencia de que cada edificio de gran altura adicional que se construya en entornos costeros, fluviales o lacustres podría contribuir al riesgo de inundaciones en el futuro", escribieron los autores. "Nueva York es emblemática entre las ciudades costeras en crecimiento de todo el mundo que se observa que se están hundiendo, lo que significa que existe un desafío global compartido de mitigación contra un creciente peligro de inundación", concluyen.
"No es algo por lo que entrar en pánico de inmediato, pero existe este proceso en curso que aumenta el riesgo de inundaciones por inundaciones", comentó a The Guardian, Tom Parsons, geofísico del Servicio Geológico de EE.UU., quien dirigió la investigación. "Cuanto más blando es el suelo, mayor es la compresión de los edificios. No fue un error construir edificios tan grandes en Nueva York, pero debemos tener en cuenta que cada vez que construyes algo allí, empujas el suelo un poco más", subrayó el experto.