Especialistas de la planta armamentística rusa Óbujov, ubicada en San Petersburgo, crearon una placa técnica que se instala en vehículos aéreos no tripulados como el dron ruso Dobryunya para engañar a las defensas aéreas del potencial enemigo.
"El sistema envía una pista falsa con varias desviaciones y aparenta ser, por ejemplo, un Airbus que va a aterrizar, para que no lo derribe alguien por si acaso", explicó al canal Zvezda el jefe de la oficina de drones de la fábrica, Yegor Scherbakov, en un programa emitido el domingo.
Asimismo, el dispositivo puede trabajar con sistemas identificadores amigo-enemigo y evitar así que el dron sea derribado por unidades de la fuerza antiaérea rusa.
La planta Óbujov, que fue fundada en 1863 y ahora forma parte del consorcio de defensa Almaz-Antei, fabrica y ensambla lanzadores para misiles hipersónicos Tsirkón, así como para misiles de crucero Kalibr. Entre otros sistemas que produce, destacan los complejos de defensa antiaérea S-400 y S-350.