Ken Nelson se montó en su coche y condujo hasta el desierto de Sonora, que se extiende por el noreste de México y el suroeste de EE.UU., en busca de un sapo. Había leído en el artículo de un investigador italiano que el anfibio poseía una sustancia con unos potentes efectos alucinógenos.
Era el verano de 1983 y plena temporada de lluvias, el mejor momento para encontrar a los sapos, que tras hibernar bajo tierra prácticamente todo el año salen a la superficie durante la noche para aparecer y alimentarse de insectos.
Cuando divisó al primer 'Incilius alvarius' –también llamado sapo bufo o sapo del río Colorado–, Nelson lo agarró y "ordeñó" sus glándulas parótidas extrayendo 5-MeO-DMT, una potente sustancia psicodélica que, en condiciones normales, el animal libera cuando se siente amenazado.
Inmediatamente, Nelson echó el veneno contra el parabrisas de su coche y esperó a que se secara y se convirtiera en una sustancia cristalina que después fumó. Había descubierto una sustancia alucinógena que en la actualidad es objeto de gran controversia.
Bajo el seudónimo de Albert Most, Nelson escribió una guía, 'Bufo Alvarius: El sapo psicodélico del desierto de Sonora', en la que especificó cómo había que sacar la potente toxina, 5-MeO-DMT, a través de un proceso que no es doloroso para el animal, para después fumársela. A diferencia de otros alucinógenos, el "viaje" de esta sustancia tiene un efecto inmediato, muy intenso y dura como máximo 30 minutos.
"La Molécula de Dios"
Al 5-MeO-DMT también se le denomina "La Molécula de Dios", porque para muchos la experiencia representa un viaje espiritual, casi cósmico y cercano a una deidad.
El médico mexicano Octavio Rettig se ha convertido en la "profeta del sapo". En una charla TEDx, en 2013, explicó cómo superó su adicción al crack gracias al 5-MeO-DMT, una sustancia a la que califica de "medicina".
"Toda mi vida se fue a la basura, perdí a mi familia, perdí a mis amigos, la confianza, la autoestima, perdí casi hasta la esperanza y la razón y de no ser por esta bendita sustancia, yo no estaría aquí platicando", aseveró Rettig. Según él, el veneno "no genera ningún tipo de adicción, sino todo lo contrario: ayuda a desengancharse".
En 2011, Rettig comenzó a aplicar "la medicina" a la comunidad indígena seri, en el desierto de Sonora, un lugar de tráfico de drogas y donde muchas personas son adictas a la metanfetamina.
"Donde todos los esfuerzos fracasaron –la cárcel, el encierro, la amenazas, las drogas químicas, las drogas de prescripción– vino esta molécula y mostró a las personas la facilidad que es entrar en un estado de paz y tranquilidad mediante la respiración consciente " , comentó Rettig, convertido en una especie de chamán.
Este "profeta del sapo" asegura que ha sanado a miles de personas y recuerda que los anfibios ya eran representados en efigies mayas, olmecas, toltecas y aztecas, con especial énfasis en sus glándulas por su potencial espiritual.
La fama del 5-MeO-DMT ha ido en aumento en los últimos años en rituales chamánicos y en sesiones para tratar trastornos mentales o adicciones. Famosos como el boxeador Mike Tyson o el comediante Joe Rogan han declarado haber fumado el veneno del sapo, que incluso se menciona en un episodio en 'Los Simpson'.
Pero mientras unos lo califican de "medicina", otros advierten de sus consecuencias adversas. Un caso que causó conmoción fue la muerte en España, en 2019, del fotógrafo de moda José Luis Abad durante un rito del sapo bufo en casa de Nacho Vidal, un conocido actor y productor de cine porno.
"Es evidente que, al ser el principal instrumento de defensa del animal, el objetivo del veneno es causar daño al depredador o agresor, o incluso matarlo, como sucede, en mayor número, con los perros [cuando muerden al anfibio]", explica Carlos Jared, director del laboratorio de biología estructural del Instituto brasileño de investigación Butantan.
Alto poder alucinógeno
A pesar de que en países como EE.UU. y Brasil el consumo de 5-MeO-DMT está prohibido, la Policía brasileña incautó recientemente 12 gramos de esta sustancia que iba a ser utilizada en una ceremonia espiritual.
Las investigaciones concluyeron que la cantidad incautada podría ser proporcionada a más de 500 personas, lo que, según las autoridades, demuestra el alto poder alucinógeno de la sustancia.
Gabriela Augusta Silva, una brasileña de 33 años, perdió a su hermano en un accidente de coche y devastada por la tragedia buscó refugio espiritual en 'Xamanismo Sete Raios (Chamanismo Siete Rayos)', un instituto que tiene más de 208.000 seguidores en las redes sociales, y que la invitó a participar en uno de sus rituales. Pero lo que iba a ser un viaje de sanación terminó en una internación en el hospital.
La mujer asegura, según recoge G1, que tras la sesión, realizada en 2021, comenzó a tener crisis de pánico, ansiedad, brotes psicóticos y pensamientos suicidas.
Tanto ella como otras personas que participaron en los rituales –que cuestan unos 1.000 reales (alrededor de 200 dólares)– denunciaron al instituto por daños morales y detallaron que se les presentó la sustancia como “una medicina”, pero no fueron informados sobre su ilegalidad.
El instituto aseguró que solo quiso incentivar o promover el uso social o terapéutico de la sustancia, y que buscó aplicarla con un enfoque ritualista y religioso.
'Xamanismo Sete Raios' es investigado ahora por la Policía de Sao Paulo, donde tiene su sede, por un posible crimen de tráfico de drogas.
El 'boom' que ha generado el veneno del sapo ha llevado a muchos científicos a alertar sobre la posible amenaza de que el anfibio 'Incilius alvarius' desaparezca. "Esta práctica se ha vuelto frecuente y, con la recolección ilegal, la especie corre el riesgo de entrar en la lista de animales en peligro de extinción", advierte el Instituto Butantan.
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