Autoridades colombianas afirman que los cuatro niños perdidos en la selva "están vivos"

Los pequeños desaparecieron tras un accidente de avión en el que fallecieron su madre y los otros dos adultos con los que viajaban.

La operación Esperanza, el dispositivo encargado de la búsqueda de cuatro niños perdidos en la selva colombiana, sigue vigente, ya que sus miembros consideran que los menores "están vivos" debido a las evidencias halladas por los escuadrones que intentan localizarlos. 

"Concluimos que los niños están vivos por las evidencias", dijo el lunes el general Pedro Sánchez, quien comanda el operativo encargado de la búsqueda de los pequeños de 13, 9 y 4 años, además de un bebé de 11 meses. El grupo se encuentra desaparecido desde el pasado 1 de mayo, después de que la avioneta donde viajaban con su madre se precipitara en plena selva.

En una entrevista en W Radio, Sánchez señaló que se continúa la búsqueda de los menores en el departamento del Guaviare y que se descarta la suspensión del operativo.

"En un momento tuvimos 92 indígenas bajando con nuestros comandos, quedan 73 por las mismas condiciones del terreno, pero esa combinación no solo nos ha permitido duplicar los ojos en la zona, sino que también intercambiar conocimiento sobre lo complejo y misterioso de nuestra selva", explicó el general.

La madre de los niños, así como los otros dos adultos que viajaban en la aeronave fueron hallados muertos, pero sigue sin saberse el paradero del resto de los pequeños.

Según el militar, si los niños hubieran fallecido estarían quietos y los efectivos de búsqueda serían orientados hasta su ubicación por los animales. "Sin embargo, sigue siendo muy extraño porque no se detienen a pesar de que hemos insertado más de 10.000 volantes con supervivencia", añadió.

Además, Sánchez indicó que "muy seguramente" han pasado a 100 o 200 metros de los hermanos, debido los últimos indicios. No obstante, localizarlos ha sido complicado por la densidad de la selva.

La última pista hallada de los menores, la número 10 en estas cuatro semanas, se trata de una huella sobre el terreno fangoso, que por su tamaño podría pertenecer a la hermana mayor, de 13 años.

Antes, el 23 de mayo, fueron localizados por las células combinadas de búsqueda dos pañales, una tapa de tetero y una carcasa de celular. También se han identificado árboles con frutos como mangos o borojós, que podrían haber sido consumidos por los niños durante su recorrido.